LA IMPORTANCIA DE CRISTO EN LA FAMILIA

La familia de Dios

La familia de Dios es una familia que se cataloga a sí misma como una familia que hace la voluntad de Dios y guarda los mandamientos de Jesús.

Una familia Cristiana tiene la responsabilidad y obligación de conducirse de acuerdo a la voluntad Divina, siendo esta en una actitud recta y santa delante de Dios. La familia Cristiana está llamada a mantener el núcleo familiar intacto, libre de influencias externas, para así poder dedicar su tiempo a las cosas que son de importancia para mantener una vida activa espiritual y una familia firme en el Señor.

Tristemente una familia sin Cristo en su hogar, es una familia a la que el diablo está destruyendo día con día. Poco a poco el diablo está gobernado estos núcleos familiares y el resultado es obvio y desastroso; el adulterio, divorcios, drogas, abusos físicos; tanto en contra de la esposa como del esposo, tristemente y aún más preocupante este abuso llega hasta los hijos, que al crecer, habiendo sido víctimas en este ambiente de destrucción, muchas veces ya de adultos continúan con el mismo patrón que han aprendido y siguen el círculo vicioso con sus propias familias.

La respuesta es Cristo

Solo Cristo es la respuesta a los problemas en la familia de hoy, solo Cristo puede guiar a la familia a una vida llena de gracia y bendición, seguridad y estabilidad. La familia de hoy necesita regresar a los valores bíblicos y mantenerlos en el hogar, vivos y activos. Necesita regresar a ser una familia con Cristo en el hogar. Tener nuevamente esas buenas y necesarias costumbres como lo son: El Despertar alabando a Dios en familia. Orando por el día que ha de comenzar en familia, y pedir a Dios por su guía y protección en familia. Poner el afán de la rutina a un lado y vivir confiados que Dios tiene las riendas de la familia en sus manos.

Una familia unida triunfa

Una familia debe mantener activa las buenas costumbres: Como lo es, comer juntos, sentarse juntos y charlar, descubrir cosas nuevas que no conocía de sus miembros. Los padres pueden compartir con sus hijos historias de su niñez y adolescencia o juventud. Recuerden que los hijos, especialmente los de corta edad, piensan que los padres llegaron al mundo solo unos días antes de ellos. Para ellos no hay un pasado en la vida de los padres, solo un presente. Entonces, contemos a nuestros hijos historias y aventuras de nuestra niñez, invitemos esa curiosidad natural que vive en ellos a que florezca y puedan preguntar y los padres podamos responder contándoles las bendiciones, las enseñanzas que aprendimos en vivir una vida Cristiana y estando bajo la gracia y protección de Dios.

Recuerden que nuestras buenas costumbres, pueden ser el ejemplo donde nuestros hijos se apoyen para vivir una vida llena del amor en Cristo, al colocar a Cristo como centro único de sus vidas.

Leer las sagradas escrituras en familia, conversar de lo que nos inquieta y apoyarnos unos a otros, dará salud a nuestra familia Cristiana, esta buena costumbre exalta y engrandece a Cristo en cada acción que se haga en familia.

Recordemos que la familia es sólo tan fuerte, como lo es cada uno de los miembros que la componen.

-Nelson Baires

 

NUESTRA META ESPIRITUAL, EN FAMILIA

meta

ENFOQUE
En mis años de trabajo en el campo de las finanzas, aprendí algo muy importante, algo vital que fue esto: Si he de salir victorioso en cualquier empresa que decida iniciar, necesito tener Enfoque.
Si mi meta es la de triunfar, no importa en qué campo decida hacerlo, debo de tener una clara y definida visión de lo que mi objetivo debe de ser. Debo tener una visión clara de lo que quiero alcanzar, una idea clara de dónde es que quiero llegar. Pues si no sé dónde quiero llegar, ¿Cómo he de llegar?
Una de las preocupaciones actuales en el mundo de los negocios es exactamente esa; La necesidad imperiosa de tener una visión clara de donde se quiere llegar. Es por esto que estas compañías llevan a cabo estudio tras estudio, proyección tras proyección, y usan cautela y prudencia al hacer sus decisiones, pues de eso dependerá el triunfo o la derrota de sus planes y proyectos.

PROPÓSITO
Esto es también cierto en nuestra vida Cristiana, ya sea en conjunto con nuestra Iglesia, con nuestra familia o en nuestra vida personal. El triunfo dependerá del conocer dónde nuestro enfoque está puesto, la claridad de nuestras metas y nuestro deseo de alcanzarlas.

¿Cuáles son tus metas? ¿Cuál es tu propósito? ¿Por qué estás aquí? ¿Has definido tus objetivos para con Dios?
Si miraras atrás, al comienzo del camino que un día tomaste, ¿Podrías decir con honestidad que estás dónde soñabas estar en este momento en tu vida? ¿Has crecido lo suficiente espiritualmente conforme a tus metas? ¿Has dado todo de ti para la causa de Dios? Oh acaso te has estancado en el camino o has abandonado alguna de tus metas, algunas de aquellas que un día abrazaste fielmente?

Solo tú puedes contestar esa pregunta, solo tú tienes la respuesta. Más entiende algo; no importa cual sea la respuesta a estas preguntas, estas deben de estar basadas en el compromiso que diste un día cuando lo dejaste todo por seguir a tu señor.

COMPROMISO
¿Oras a Dios sin cesar? ¿Ayunas con frecuencia? ¿Predicas el mensaje de salvación? O no dedicas suficiente tiempo a la oración? No te sientes fuerte para ayunar? ¿ O te excusas para no predicar?
Hermano, la oración, el ayuno y la predicación son herramientas que nos darán el triunfo en nuestra vida espiritual, en nuestra vida familiar y en nuestra vida en la Iglesia del Señor.

Si hemos abandonado algunas de nuestras metas, si las hemos dejado atrás; comprometámonos nuevamente y enfoquemos nuestra vista en lo que es importante  y tomemos nuevamente estas metas en nuestras manos. Juntos, cuál familia de Dios podremos llegar a nuestro destino; apoyándonos unos a otros, luchando hombro con hombro, mano a mano, enfocados en nuestra meta, en nuestro objetivo, en el blanco que es Cristo, solo así llegaremos como una sola familia, una familia que ama a Cristo y a su obra.

Recuerda: Una vara sola, fácilmente se quiebra; pero cuando muchas están juntas, estas son tan fuertes como el acero.

Que Dios reciba la honra y la gloria.

-Nelson Baires

Ayuno

Cuando tenía nueve años tuve una serie de operaciones en mi espina dorsal, debido a mi enfermedad polio. Una de estas operaciones era tan delicada y peligrosa que podía atentar contra mi vida. La cirugía sólo había sido llevada a cabo años antes en otro niño y los resultados no fueron tan favorables como se había esperado.

El doctor especialista habló con mi madre y le dijo la necesidad que había para tener esta operación o de otra manera, si no se llevaba a cabo, mi cuerpo quedaría completamente deformado y sin poder siquiera sentarme, mucho menos caminar. Después que el doctor expresara estas palabras a mi madre, recuerdo vivamente ver el cambio en el rostro de ella, casi de inmediato su rostro cambió de preocupación a una profunda tristeza y dolor. Luego de unos minutos, ella, moviendo su rostro, aceptó la recomendación del doctor. Entonces los arreglos para llevar a cabo la operación comenzaron. Ésta sería hecha en diez días. Recuerdo que durante esos días mi madre muy poco se apartó de mi cama; las enfermeras venían y le traían algo de comer y tomar, mas era en vano, mi madre parecía estar de luto.

Años después supe que mi madre había pasado esos diez días en ayuno; orando, pidiendo y rogando a Dios que salvara mi vida de la muerte y que la operación fuera un éxito.

En 2Samuel 12:16 encontramos a un padre, de igual manera,  suplicando, rogando y ayunando para que su hijo fuera librado de la muerte: El pasaje bíblico nos dice:

Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra.

El ayuno, mis hermanos, es imprescindible, necesario y vital para nuestras almas. El ayuno es un llamado a Dios para que fortalezca nuestras almas, nos guíe por el camino correcto, nos dé respuestas a nuestras peticiones y a preocupaciones.  El ayuno nos acerca a Dios, nos permite sentir Su presencia, nos da salud, visión espiritual y nos lleva tan cerca de Cristo que podemos sentir Su presencia al lado nuestro.

En Mateo 9:15 encontramos el pasaje de los discípulos de Juan, estos vinieron a Jesús preguntando, casi quejándose del porqué sus discípulos no ayunaban como lo hacían ellos. A lo que Cristo dio una respuesta sabia y directa, como era de esperarse.

Él les dijo:

¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

Estos dos pasajes bíblicos nos hacen ver algo muy importante; la necesidad de ayunar en momentos difíciles, de gran dolor y gran necesidad. El ayuno es un clamor a Dios, una muestra de nuestro dolor y sufrimiento, una muestra de cuánta necesidad tenemos de la ayuda y apoyo de Dios en nuestras vidas.

Cristo lo dijo:

Mas llegará el momento cuando no tengan al esposo a su lado y entonces tendrán que ayunar.

Cristo hablaba de esa intimidad, de ese acercamiento entre Él y sus discípulos; por más de tres años los discípulos disfrutaron de la presencia de Jesús, disfrutaron el verle y escucharle y tenían el privilegio de poder allegarse a Él cuando quisieran, cuando sintieran la necesidad de sentirse llenos de la presencia de Cristo, estar llenos de Su amor, de Sus promesas y salvación.

El ayuno es precisamente eso; una puerta a estar nuevamente con Cristo, como la oración así como el ayuno, este nos allega más a Cristo. El ayuno nos limpia, no sólo en lo físico, sino también en lo espiritual, nos permite acercarnos más a Cristo y tener esa experiencia de Su presencia junto a nosotros como sus discípulos la tuvieron cuando Jesús vivió entre ellos.

El ayuno nos edifica, el ayuno nos acerca más a la santidad, el ayuno despierta en nosotros el sentido profundo de fidelidad, el ayuno nos aumenta la fe, nos levanta y nos llena de fuerzas y entonces podemos pelear y salir victoriosos contra el enemigo de nuestras almas.

Cuando los discípulos de Jesús no pudieron sacar el demonio del hijo de un padre en dolor, Jesús les dijo la razón por la cual no habían podido. En Mateo 17:20-21 podemos leer:

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

Así que, mis hermanos, busquemos de Dios no sólo en oración, mas en ayuno también. Recordemos lo que nos dice Efesios 6:12:

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Así que, hermanos, no olvidemos el ayuno en la familia, no olvidemos que debe de haber unidad, amor y compasión, y por esta razón debemos ayunar por cada miembro de nuestra familia, llevarles siempre en nuestras oraciones. El ayuno fortalece el núcleo familiar, une a los hermanos entre sí y trae amor y confianza entre los padres.

Ayunemos, pues, para que Cristo viva en nuestra familia y que sea Él, el guía perpetuo de la misma.

¡Bendiciones, familia!

-Nelson Baires

Determinación

Conocí hace muchos años a un niño que sufrió una terrible enfermedad física, esta lo ató y fue desde la niñez su sentencia de por vida, mas en el corazón de este niño existía algo especial, algo que no todos poseen: Determinación. Cuán importante y necesaria es la determinación cuando llegamos a una encrucijada en el camino, cuán determinante llega a ser el momento en el que tenemos que tomar una decisión, la cual podría cambiar nuestras vidas de una manera radical y de raíz.

A través de la vida, sin lugar a dudas, encontraremos aquel obstáculo que pudiera ser nuestro Talón de Aquiles, obstáculo que probará nuestro carácter hasta lo sumo y que calará hasta lo más profundo de nuestro ser.

Recordemos lo que Jesús le dijo al Apóstol Pedro: Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; Lucas 22:31.  Hermanos, con el diablo no existe un golpe suave; cuando el diablo planea, considera y por permisión ejecuta; ese golpe no es suave y no podríamos aguantarlo, sino fuera porque Cristo ha rogado al Padre por nosotros. Confiemos y no cometamos el error de dudar de esto mis hermanos, pues nuestro Maestro también le dijo al Apóstol Pedro: «pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Lucas 22:32. Pedro regresó triunfante, un poco más sabio y humilde después de su prueba. He aquí la palabra clave: Regresó. Entonces mi hermano; no te desanimes, ni te dejes amedrentar, ni pierdas la fe en aquel que te a llamado, pues como dijo el Salmista: Caerán a tu lado mil,Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Salmos 91:7.

Cantemos como cantó el Salmista: Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmos 27:1. Hermano, Jesús ya abogó por ti y por mí y seguirá abogando hasta el día de nuestro encuentro con él. Sé feliz, mira hacia el horizonte y levanta tus manos al Dios que te dio de Su gracia. Sonríe; pues el día está cerca en el que no habrá más tribulaciones, ni más dolores, ni más angustias, ni tristezas. Sonríe! y que tu corazón clame: Yo sé que mi Redentor vive… y en mi carne … mis ojos le verán. Job 19:25-27. Aquel niño del que te hablé, tuvo determinación y con el alma en su corazón se trabó de la mano del Omnipotente y aún en sus debilidades y en sus caídas no deja esa Fe que le ató un día a esa mano Santa y poderosa.

Que haya bendición.

-Nelson Baires

Tienda de caramelos

Cuando era niño, recuerdo tener una debilidad inmensa por caramelos ¿Que niño no la tiene, cierto? En el barrio donde crecí, había una bodega la cual tenía los dulces y caramelos que hacían la vida de un niño tener propósito. Que delicia al paladar y a la vista, yo quedaba perplejo cada vez que visitaba aquel paraíso de colores y sabores. Mi madre, atenta a corregir mis malos hábitos siempre me prevenía y me detenía antes de poner una de estas delicias en mi boca. Siempre me decía: «te vas a quedar sin un dientes con tanto dulce». Mi madre siempre cuido de mí, aún cuando se encontraba lejos. La verdad es que aún con todo ese cuidado me las arregle para perder dos dientes, no se en realidad si fue el mucho dulce o no cuidaba de mi higiene dental como debía a esa edad. Pero, viendo hacia atrás, sino hubiera sido por mi madre hubiera perdido, no solo todos mis dientes, tal vez me hubiera roto algunos huesos, entrado en peleas, hubiera tenido malas calificaciones, no hubiera tenido buenos modales, ni buenos hábitos. Le doy gracias a Dios siempre por mi viejita linda, Dios me la siga bendiciendo siempre.

Los padres son así, esa es la verdad, andan tras los hijos cuidándolos, aconsejandoles, castigando cuando consideran necesario, amándolos sobre todos los errores y tonterías o boberías que estos cometen; ya sea adrede, por su poco entendimiento a lo que los rodea o por simple ignorancia.

Que bello es amar como aman nuestros padres.

Cristo, cual Padre amoroso nos cuida igual y quiere que como buenos hijos tomemos Su consejo; pues Él es nuestro nuestro guiador, nuestro Maestro, nuestro Padre, nuestro Dios. A través de mi vida en este camino Cristiano he visto la mano de Dios hacer maravillas con Sus hijos; lo he visto sanar al enfermo, levantar al muerto espiritual y darle una vida llena de esperanza y libertad, lo he visto sanar heridas que no podían ser sanadas por nadie más, lo he visto dar aliento al desalentado y fuerzas al que las a perdido, he visto multiplicar Sus bendiciones sobre los que le aman y temen, he visto Su misericordia hacer sombra sobre Su Pueblo y despertar a razón al hijo pródigo que confundido abandonó el hogar siguiendo el consejo de su corazón.

Todo este beneficio lo he visto de parte de Jehová para conmigo mismo, jamás Dios faltó a Sus promesas para con aquellos que le aman y hacen Su voluntad. Te invito hoy a que pruebes de esta fuente de agua viva, de esta fuente de amor, misericordia y bondad. A nadie encontraremos en este mundo que se compare a nuestro Dios. La respuesta a nuestras inquietudes, aflicciones y problemas solo la podemos encontrar en Jesús, nuestro Salvador y Señor.

Hermano, si estás pasando por pruebas, dolores, dudas, aflicciones espirituales, trae tú cargas a Cristo y ríndete a Sus pies y él te levantará de donde hayas caído, no importando tu condición.

» Sostiene Jehová a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos .» Salmos 145:14

Que haya bendición.
-Nelson Baires