
Cuando mis padres me enseñaron a orar, amé la oración y me acostumbré a hablar con Dios. Me gustaba pedir su ayuda y dirección en todo. Con Él me siento segura, porque yo sé que Él tiene el control de todo. Las cosas por Él fueron hechas y sin Él nada existiría.
Esta es una semana especial de oración, en la que toda la iglesia se une para hacer peticiones. ¡Hay tanto por qué pedir! Por la paz del mundo y la paz en nuestros hogares. Por los que nos rodean y por la paz interior, la de nuestros corazones, para que, si hay cualquier turbulencia, el Señor en su poder la aquiete.
Debemos pedir por los presos; esas personas sin libertad que sufren tanto y algunos injustamente. Debemos pedir, especialmente, por los que tienen cadenas de vicio, cautivos del pecado. Ellos necesitan que Dios rompa las cadenas y los libere.
Oremos por los enfermos en hospitales, que sufren fuertes y penosas enfermedades, para que llegue el consuelo Divino a ellos. Y también incluyamos a los enfermos del alma, esos corazones oprimidos de tanta angustia y pesar, para que el Señor les sane su alma rota.
Oremos por las viudas y huérfanos que necesitan el consuelo y el pan; el sustento de cada día. Que Dios en su bondad los tenga siempre en su memoria y supla sus necesidades. Los pobres y necesitados del mundo. Hay tantos vagando sin un hogar, sin las cosas más imprescindibles para vivir. Por los que se sienten solos y tristes. Clamemos por ellos también.
Esta semana tratemos de romper con el rencor. Es una sola semana, vamos a hacer un sacrificio y presentar estas peticiones a Dios, junto con las nuestras particulares. Hagámoslo día y noche. Si puedes arrodillarte, levanta tus manos, cierra los ojos y eleva tu plegaria al Cielo. Si no sabes pedir, deja que el Señor pida por ti, y con actitud de reverencia cuéntale tus cargas, déjate llevar y sentirás la más bella de las experiencias con Dios.
Si deseas que otros se unan a tus peticiones, envíanos tus oraciones por medio del formulario en la sección “Oraciones y Testimonios” de nuestro Rincón de Amistad y lo publicaremos. Y todos los visitantes del Rincón nos uniremos en oración por ti. No sientas vergüenza. Unámonos en la fe, porque en la unión está la fuerza, y la oración de fe sanará al enfermo…
Qué hermoso escrito y a la vez llamamiento para unirnos en la oración, que tanta bendición trae a nuestra alma ¡claro que lo haré ! me uniré a mi santa Iglesia por estas y tantas necesidades más que hay. Felicidades Merari, muy lindo . Un abrazo