Los últimos meses del año siempre tienen recuerdos agradables para mí. No solamente por la hermosa celebración del día de Acción de Gracias que tanto me gusta, ni por la Navidad cuyo significado es de tanto valor para nosotros como cristianos. Mucho se habla sobre estos temas y cada uno da su parecer o hace un comentario, para mí, pues tienen un gran significado y sé que son sumamente importantes.
Pero aparte de esos que mencioné, hay otros días en los últimos meses del año, que significan mucho para mí… Veamos a ver si nos podemos entender…
El 16 de octubre de 1927, nací yo, y esto, como ustedes comprenderán, es algo que mientras viva no podré olvidar. Y para completar, en este mismo mes, muchos años después, nació mi hijo más pequeño, Abel Luis y más adelante, dos de mis nietos, Jennifer y Jeffrey.
El 29 de noviembre nació mi padre en el año 1899, ¡fecha inolvidable para mí! Y en esa misma fecha muchísimos años después, mi nuera Mara y más tarde la esposa de mi nieto Derwin, Nicole.
El 9 de diciembre de 1927, casi dos meses después de yo haber nacido, nació mi prima hermana (más hermana que prima) Cira, y su nacimiento fue algo muy importante para sus padres, y toda la familia en general. Pero también muy importante de esa fecha, es que ambos, Cira y yo junto a varios jóvenes de la iglesia, 12 años más tarde, fuimos bautizados por inmersión en las aguas del río San Pedro en la ciudad de Cabaiguán, “¡mi lindo Cabaiguán!”
Hace ya de esto setenta y cinco años, y hasta aquí nos ha ayudado el Señor y esperamos que nos seguirá ayudando, pues nuestro propósito ha sido y sigue siendo, servir al Señor hasta el fin de nuestra vida, y terminar con gozo nuestra carrera cristiana, gloriosa y llena de grandes y dulcísimas promesas que se cumplirán en nosotros si perseveramos hasta el final.
¡Cuán diferente es todo, de cuando uno es joven! Ahora las cosas se dificultan, y hay situaciones que parecen que acabarán con nuestras fuerzas, porque ya no tenemos el empuje de la juventud, pero aunque las pruebas arrecian, estamos seguros que el Señor nos dará la fortaleza que necesitamos para continuar haciendo de ánimo Su voluntad, sabiendo que Él ha de pagar a cada uno de acuerdo a sus obras.
Sí, ya terminó el año 2014, y los recuerdos agradables que guardo en mi corazón de ese año, son importantes para mí, como imagino que también cada uno tiene sus propios recuerdos que estoy seguro atesora en el corazón. Unamos nuestras voces para repetir aquel precioso lema que dice: “¡Gracias Señor por el año que ha terminado! Y para el nuevo año que ha comenzado te pedimos que no enseñes de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría.”
Y mi consejo para mis amados hermanos es: ¡Firmes y adelante, huestes de la fe! Con Cristo y su iglesia, hasta el final!
Ap. Florentino Almeida
Mi querido y recordado Apóstol es verdad que en cada uno de nosotros hay momentos que merecen ser recordados y tambien es cierto que hay otros que no merecen ni un segundo de nuestra vida ser recordados, pero yo como usted me gozo recordando hermosas fechas y glorifico a Dios por ellas por que son bendición a mi vida, así que me uno a usted para dar gracias al Señor por el año que a terminado y pido que para el nuevo año me traiga esa sabiduría y me llene de misericordia para que yo pueda repartirla a mis hermanos.Dele un abrazo a nuestra querida Mirtha y a su amada secretaria y usted nuestro cariño y admiración le queremos