En los tiempos antiguos no había las facilidades que tenemos nosotros en estos días para viajar. No obstante los hombres se trasladaban de un lugar a otro por tierra y por mar, desafiando los peligros que les amenazaban, ya fuera de ladrones o piratas o también de las inclemencias del tiempo como las tempestades.
El apóstol San Pablo fue un viajero incansable, llevando el mensaje de Dios a todos los lugares que el Señor le permitió llegar. Tuvo que enfrentar todas estas cosas y muchas más pues varias veces fue azotado, sufrió prisiones en cárceles, fue apedreado. Sus peligros eran constantes, fatigas, trabajos, muchas vigilias, hambre, sed, frío, desnudez etc.
Pero siempre realizando la tarea que el Señor le había encomendado, predicar el evangelio de Jesucristo. Predicar la doctrina del amor por todas partes. Ese era su trabajo, aunque cuando llegaba a algún lugar que pudiera ayudar no le importaba que tuviera que trabajar con sus propias manos, él lo hacía, para no comer de balde, ni él ni los que con él estaban, pero no era eso su principal objetivo. Porque este incansable viajero nunca abandonó su comisión, e iba con el mensaje de amor, esperanza y paz a todos los lugares y miles de almas fueron añadidas a la iglesia del Señor por su predicación.
Imitemos estas vidas gloriosas y cumplamos con el mandato de nuestro amado Salvador de ir por todo el mundo predicando el evangelio de buenas nuevas a toda criatura.
-Florentino Almeida
Pensamiento: Aprovecha tu tiempo evangelizando.
Mi querido Apóstol que buen escrito y creo que no me equivoco si le digo que usted también a sido un viajero incansable por sus múltiples viajes que realizo confirmando la obra en todos los países en que estamos establecidos . Dios bendiga a nuestra querida Mirtha dele nuestro abrazo sincero y usted toda nuestra admiración y cariño