¿Cuántas veces no estamos preocupados y concentrados tanto en nuestro problema que se nos olvida que todo lo podemos en Cristo? Si sabemos que Dios es fiel y verdadero y que Sus promesas son fieles y verdaderas, entonces debemos estar seguros de que en realidad, todo lo podemos.
A veces el milagro que no se está realizando no es porque “no es el tiempo”, o porque “Dios está probando”. Sí…a veces sí. Pero hay veces cuando no pedimos bien, o nuestra fe no está firme en las promesas de Dios. ¡Sin Dios, no hay nada que podamos hacer, pero con Dios, no hay nada que no podamos hacer! Pensamos que nuestras fuerzas no son suficientes. Pero somos más fuertes de lo que pensamos. Tan grande es nuestra fuerza que podemos cambiar el mundo. Tan grande es nuestra fuerza que podemos trasladar los montes. Tan grande es nuestra fuerza que podemos enfrentar cualquiera que sea el problema. ¿Sabes por qué? Porque nuestra fuerza es tan grande como el Dios que está de nuestra parte.
La próxima vez que te sientas incapaz de soportar tu prueba, o si piensas que no hay remedio para tu situación, recuerda que estamos en Cristo…y que Él es quien da las fuerzas. No prometió dar fuerzas al que ya las tiene, prometió dar fuerzas al que no tiene ninguna. Y no prometió que solo algunas cosas las podemos lograr en Su nombre; prometió que todo lo podemos en Su nombre.
Gracias querida Adlith por recordarnos estas grandes verdades y por compartir con nosotros. Dios te bendiga
Recibe un cariñoso abrazo