Pan, por antonomasia, es el principal alimento a través del mundo . El mismo Señor Jesús lo mencionó en la oración que enseñó a repetir a sus discípulos, cuando estos le pidieron que los enseñara a orar, como lo había hecho Juan el Bautista, con sus discípulos. Les dijo, cuando orareis decid: “Padre Nuestro que estás en los cielos… el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy…”
En la Biblia, el pan es mencionado como el alimento de todas las razas, niveles económicos y en todas las épocas, y era esto lo que sustentaba al género humano. Y allí se hace mención del pan, más de ciento cincuenta veces, y la primera vez que se le llama así como tal, fue en el huerto cuando la pareja desobedeció al Creador, y como castigo el Señor le dijo a Adam: “Con el sudor de tu rostro, comerás el pan” ¡Y desde entonces hasta hoy, mira que se ha comido pan! También el Señor les hizo vestidos, pues ellos se vieron desnudos ante el Señor y trataron de cubrirse con una vestimenta de hojas, pero el Padre amoroso, les preparó vestiduras de pieles. Desde ahí en lo adelante, encontramos en los relatos bíblicos, muchos que se relacionan con el pan.
Uno de los casos más sobresalientes, fue la astucia o estratagema de los habitantes de Gabaón, que con un poco de pan mohoso, engañaron a Josué y a los príncipes de Israel, quienes no pudieron matarlos por el juramento hecho. Este espacio no nos alcanzaría para contar los episodios o relatos que aparecen en las Sagradas Escrituras sobre el pan. Pero el relato de la viuda de Sarepta, que por ayudar al profeta de Dios, con un pedazo de pan hecho con sus propias manos, en un tiempo de terrible escasez, y siendo que era el último que le quedaba para ella y su hijo, se lo dio al profeta, y Dios se lo multiplicó por mucho tiempo.
En la antigüedad, los reyes tenían panaderos particulares para que les hicieran el pan que se consumía en su palacio. Recordemos a José en la cárcel, donde le metieron por causa de la calumnia de aquella mujer perversa, y estando allí, el principal de los panaderos del rey, que también estaba preso, tuvo un sueño, y José se lo interpretó, y sucedió lo que él le dijo a aquel panadero.
Hay infinidad de casos, que se pudieran citar, pero no olvidemos aquella mujer que humildemente le pedía ayuda al Señor, y Él le dijo que no era bueno dar el pan de los hijos a los perrillos, y ella más humillada aun le respondió que los perrillos pueden comer de las migajas que caen de la mesa de su señor. “¡Oh mujer, grande es tu fe! sea hecho contigo como tú quieres”.
Pudiéramos seguir hablando de tantos casos sobre este tema, pero para cerrar, recordemos que los judíos le dijeron al Señor, que a sus padres les había sido dado pan del cielo, refiriéndose al maná, pero Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida, el que a mí viene, nunca más tendrá hambre» El verdadero pan. Todos hemos comido muchas clases de pan, pero éste es el verdadero pan, el pan que da vida eterna.
Ap. Florentino Almeida
Pensamiento: Digamos como los antiguos, “Señor, danos siempre de ese pan”.
Querido y recordado Apostol, que tema mas bueno,como me encanta el pan por eso estoy como estoy,pero bueno ¿ a quien no le gusta un buen pan? y si es del que nos relata la historia de hoy mucho mas,siempre deberiamos de tener esa gran nesecidad de pedir ese pan del bueno del verdadero del que nunca mas tendremos nesecidad de comer otra cosa mas,reciba nuestro cariño deseandole ver a usted y a nuestra querida Mirtha, reciba un fuerte abrazo , le queremos y mucho y usted lo sabe, bendiciones