¿Quiénes son los dos testigos de Apocalipsis 11 y cuándo serán revelados? (II)

Todo Israel será salvo

Hemos comenzado analizando el texto con los sucesos cronológicos. Eso nos permite unir todas las profecías bíblicas concernientes a ese tiempo de Daniel 9:27 y que Cristo menciona explícitamente en Mateo 24:15 y Marcos 13:14. Ese es el marco de referencia. Los que vean la abominación de la desolación sabrán ya, sin lugar a dudas, que estarán viviendo en la última parte de los ‘siete’ o la última semana de la profecía de Daniel. Ahora veremos otra profecía que está relacionada con ese tiempo, la salvación del Israel nacional-étnico, del que habla Pablo en Romanos 11. Diríamos que la mayoría de los comentaristas –los no preteristas o aquellos que se suscriben a una teología del reemplazo- dicen que Pablo hace referencia a Zacarías 12:10. En eso estamos de acuerdo. Entre estos comentaristas, muchos afirman que eso sucederá en el momento en que los judíos miren la señal del Hijo del Hombre en el cielo, o cuando vean a Cristo descender en las nubes. La dificultad que tenemos con esa interpretación es que la mayoría de los judíos ya no estarán en Jerusalén en ese momento. No olvidemos que “habrá entonces grande aflicción, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora ni será” (Mateo 24:21). La mayoría de los judíos estarán esparcidos por muchas partes, incluyendo el desierto: “Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón… …Y allí cantará como en los días de su juventud, y como el día de su subida de la tierra de Egipto” (Oseas 2:14-15), “Y fueron dadas a la mujer dos alas de grande águila, para que de la presencia de la serpiente volase al desierto, a su lugar, donde es mantenida por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Apocalipsis 12:14), es decir, por 42 meses, o 1,260 días, que son tres años y medio, la última parte de la semana de Daniel. Pero el llanto del que habla Zacarías 12:10 no es uno de terror por las cosas que le sobrevendrán a Israel, sino un “espíritu de gracia y oración” que les enviará Dios y llorarán arrepentidos, al fin reconociendo a su verdadero Mesías. Por eso es muy posible que ese espíritu de gracia y oración comience en la primera parte de la última semana de Daniel 9:27, durante esos tres años y medio, coincidiendo con el derramamiento del Espíritu de Dios sobre la Iglesia en todo el mundo. He ahí los dos testigos, las dos olivas y los dos candeleros que están delante del Dios de toda la tierra.

Resumen

Antes de la venida del Señor, pero desde el momento en que la semana de Daniel 9:27 -los últimos siete años- comience a contarse, es posible que suceda algo en Israel, algún descubrimiento arqueológico, que sacuda el mundo de los judíos por toda la tierra. Ese descubrimiento despertará el interés de los judíos en el Jesús de Nazaret a quien ellos traspasaron. No todos lo creerán, pero habrá un avivamiento como nunca antes lo hubo, a nivel internacional, entre los judíos. Aquello será el comienzo del espíritu de gracia y oración que les enviará Dios. Sera progresivo, pero impactante. A la misma vez la cristiandad a nivel mundial experimentará el avivamiento más extenso y poderoso que la iglesia haya conocido. Profecías, milagros de sanidad, conversiones, sueños y visiones.

El mundo incrédulo se irá resintiendo con todo eso. Los que odian a Israel irán guardando mayor odio y desprecio por ella y por los cristianos, pero se verán impotentes para obrar. “El que ahora impide” los refrenará y no podrán obrar en contra de toda esa bendición. Eso tendrá una duración de tres años y medio, 1,260 días (Apocalipsis 11:3). Después de los cuales el que ahora impide será quitado (2 Tesalonicenses 2:7), y se acabará esa etapa de gracia, tanto para la iglesia como para Israel. Los infieles en la iglesia comenzarán a dudar y serán engañados. La apostasía cobrará un auge que jamás se vio en toda la historia de la iglesia. Cientos de miles, o quién sabe si millones, negarán a Cristo abiertamente. La bestia invadirá a Jerusalén. Ni la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., ni el Holocausto de la segunda guerra mundial se han de comparar con lo que será en muy corto tiempo contra la “simiente santa” y después contra la iglesia. “Y cuando ellos (los dos testigos) hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará (Apocalipsis 11:7). Por “tres días y medio”, simbolizando el período de tres años y medio en que obrará la bestia, “serán echados sus cuerpos en las plazas de la grande ciudad… donde también nuestro Señor fue crucificado” v. 8. Es decir, la bestia ocupará la santa ciudad y hará la abominación “que estará donde no debe” (Marcos 13:14). Los moradores de la tierra se alegrarán y enviarán regalos unos a otros v. 10. Y después de los tres días y medio (v. 11) será la resurrección.

Pero aunque la bestia estará obrando por 1,260 días, 42 meses, “aquellos días serán acortados” para los elegidos. Cristo vendrá antes de que la bestia termine su tiempo. No sabemos cuándo, pero será antes de que la bestia termine su obra.

“El que no amare al Señor Jesucristo sea anatema. ¡Maranata!” 1 Corintios 16:22

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *