Acero y Miel

 

La conocí cuando yo tenía 14 años, y me impactó la ternura de su mirada y la dulzura de su voz… Porque era como una mujer de miel, suave y tierna en su trato, y de una amabilidad que a mis cortos años me llamó la atención, porque su casa, llena siempre de gente que buscaba acercarse a ella,  era precisamente un remanso de paz aunque gran cantidad de gente los rodeaban, pues  ella y su esposo Fermin, atraían a toda suerte de personas que veían en aquellos dos seres, algo especial, y cuyo hogar, siempre tenía las puertas abiertas, para quien llegara allí, y un platico de comidita caliente y sazonada con mucho amor.

Pero igual que era de dulce, era de fuerte. Mujer de principios morales y virtudes tremendas, crió a sus 6 hijas y sus dos hijos con mano fuerte, el guante que cubría la mano era como de seda, pero debajo, había acero, y no permitía que ninguno de ellos lo olvidara nunca. A mí me sorprendió, porque al no estar tan cerca de ella siempre, verla en acción, controlando y llamando al orden a sus cercanos, inspiraba verdadero respeto y mucha admiración.

Me amó tanto como yo la amé a ella siempre. De verdad, de corazón, con una intensidad que me llenaba de ternura el corazón cada vez que me decía que me quería. Leoni, ¿cómo podré olvidar jamás el amor que recibí de ti siempre?¿por qué una mujer tan insigne y grande me trataba con admiración, con un cariño tan grande? Durante todos estos años que tuve el privilegio de compartir con ella, nunca se olvidó de mi cumpleaños y sus oraciones se elevaban fervientes a mi favor cada día, y yo tengo constancia de esto que digo.

Acero y miel… de familia insigne en nuestra iglesia, probados de muchas maneras y siempre hallados fieles, Leonides era la más pequeña de las mujeres de su casa, pero la estatura espiritual de cada una de ellas, será siempre un ejemplo difícil de imitar, porque entendieron y vivieron cada mensaje que predicaron y no permitieron que la duda o las debilidades, o el dolor,  las hicieran decaer.

Frente a su lecho de muerte, en sus últimos días, tuve la oportunidad preciosa de decirle adiós, y su voz que ya apenas se escuchaba, en un susurro inaudible, dijo claramente, Judita te quiero mucho. Fueron las últimas palabras que escuché de ella, pero resonaron en mi corazón con fuerza, como acero que no cede, pero con una dulzura de miel que siempre se mantendrá allí recordándome que fui importante para ella, que su amor y sus oraciones me cubrieron como si hubiera sido una de sus hijas, que su admiración me hizo en muchas ocasiones comportarme mejor para no perderla  y que su ausencia deja un vacío muy grande que nadie podrá jamás llenar.

Pero esto sé, que aunque poco a poco se nos están yendo estas grandes figuras que iluminaron nuestras vidas con sus ejemplos bellos de vidas santas y bien vividas, sin apariencias ni engaños, mujeres dignas y temerosas de Dios, amadoras de sus familias y buenas como ya nos las hacen, que en la Resurrección de los justos, en la mañana gloriosa cuando Cristo vuelva, las volveremos a ver, y nos reuniremos con ellas para uniendo nuestras voces, proclamar una vez más que Cristo es Rey y que estaremos con El por la Eternidad.

Leoni, mujer de acero y miel, santa y temerosa de Dios, amable y sencilla, digna y virtuosa, te extrañaré, pero en el cielo, te volveré ver….

Vivió en la Luz…

LuzHay diferentes formas de vivir, y gracias al libre albedrio del que Dios dotó al hombre, cada uno escoge como ha de vivir su vida. Existen muchas opciones y cada ser humano tiene la prerrogativa de decidir por cual camino va a conducir su andar en este mundo.

Heriberto Hernández, vivió una vida transparente, de esas que no tienen sombras porque siempre anduvo en la luz.

No puedo determinar exactamente cuándo le conocí, porque desde que tengo uso de razón, entre los recuerdos de mi infancia, veo su figura y su sonrisa amable que me hacía sentir como si yo fuera alguien importante para él. Y durante toda mi vida, siempre creí que me quería como un padre.

Hombre sencillo, amable, de carácter apacible, misionero incansable, sirvió a Dios desde su juventud con lealtad y fervor, y aún recuerdo la expresión extática de su rostro mientras cantaba con voz de bajo alabanzas para Dios, a quien honró y mantuvo como lo primordial en su vida.

Formó su hogar con una joven cristiana también y tuvo con ella seis hijos que crió en el temor de Dios y durante toda su unión, fue un esposo fiel a los votos matrimoniales, y un padre amoroso a quien los hijos que le sobreviven lloran con la tristeza de la separación, pero consolados sabiendo que su padre amado está “sellado y salvado para la gloria de Cristo”.

Saber que ha partido alguien tan especial, produce dolor, pero al recordar la vida bien vivida en el temor de Dios, sus virtudes, sus obras buenas y su amor por Dios y sus hermanos en la fe, te llena de consuelo el corazón y trae a la memoria las palabras del salmista: “Estimada es a los ojos de Jehová, la muerte de sus santos” y esto nos fortalece.

Podía haber escogido cualquier otro camino Heriberto Hernandez, pero escogió el camino que conduce a la Vida Eterna y anduvo por él en fidelidad, porque vivió en santidad y pureza durante toda su vida, testificando por Cristo y por su iglesia, por eso no tenemos dudas de que en la mañana gloriosa de la resurrección, se levantará triunfante a recibir de manos de nuestro Salvador, la corona de Vencedor.

Dios nos conceda vivir así, para que cuando nos toque partir, se diga de nosotros como podemos decir hoy de nuestro hermano Heriberto: “Vivió una vida transparente, de esas que no tienen sombras porque siempre anduvo en la luz.”

El Día del Amor y la Amistad…

 

dia del amor y la amistad

Hoy se celebra en todo el mundo occidental el día del Amor y la Amistad.

¡Qué maravilloso sería si esta celebración se extendiera a los restantes 364 días del año! Y no me refiero a las flores preciosas que se regalan, o a los globos en forma de corazón, ni a los chocolates en lindos empaques, o a las tarjetas con sus mensajes de amor y amistad tan bien escritas…

Me refiero a lo especial y grande que sería si cada día de la vida, todos tuviéramos una actitud amorosa y dispuesta hacia nuestro prójimo, sin que fuera solamente a los cercanos, si no a todos en general. Respetuosos y amables, dispuestos a servir y mostrar con hechos ese amor y esa amistad, no en forma de regalos, si no en ayuda práctica y necesaria. ¡Hay tantos que necesitan que se les eche una mano! Hay tantos que suspiran por una palabra amable, una mirada bondadosa…

Eso sería realmente lo más precioso que pudiéramos hacer como cristianos y seres humanos que han recibido el más grande amor dado a los hombres, de parte de Uno que dijo “Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos”, y sus brazos y pies clavados al ignominioso madero, son la prueba evidente de que no hablaba por hablar…

Y no es que pretenda o crea que ahora tenemos que ofrecer en sacrificio nuestra vida por otra persona. Gracias a Dios eso ya lo hizo Cristo para darnos muestra de amor verdadero y entrada a la gracia redentora que nos salva, pero sí creo que hacer el bien a nuestro prójimo, “caminar la milla extra”, extender nuestra mano a cualquiera que la necesite… hablar con amor palabras que edifiquen y restauren, vivir con amor “no procurando mi propio beneficio, si no el de muchos para que sean salvos’, mirar con bondad al que sufre y ayudar a levantar al que la vida ha golpeado y ahora está en el suelo sin saber como ha de continuar… es la esencia del amor que nos mostró el Señor y lo que nos quiso enseñar.

¡Entonces sí que podríamos celebrar el día del amor y la amistad! Porque sería  nuestro diario vivir y no tendríamos que gastar grandes cantidades en regalos o flores (que son muy lindas y mucho que alegran la vida) pues cada día mostraríamos que hay amor verdadero en nuestro corazón y que somos amigos de todos.

No sé como has de pasar este día, ni que planes tendrás para la noche. Pero tengo una sugerencia que nace del amor que me inspiras y de la amistad que nos une, no te limites a hoy, no pongas restricciones a tu buena voluntad, ni confines tu bondad a un día en el año, ¡no! Propón en tu corazón que de hoy en adelante mostrarás más el amor que tienes en tu corazón, compartirás más tu bondad con todos y harás uso de esa buena voluntad que a veces se oxida un poco. Que el amor y la amistad que Cristo nos mostró, pueda fluir con entera libertad de tu corazón y se muestre en tu vida cada día con tu familia, con tus hermanos, con tus vecinos, con tu comunidad y con el extraño que te encuentres al pasar por el camino de la vida…

Yo por mi parte, haré todo fuerzo honesto por imitarte.

El Amor Verdadero, ¡Existe!

Feliz Aniversario Muchos dicen que el amor no existe, y otros afirman que es según convenga a cada uno, al extremo que desde niña he escuchado un refrán que reza de la siguiente manera: “El amor y el interés salieron al campo un día, y fue más el interés que el amor que le tenía”. Tal vez por escuchar esto muchas veces, hay tantos que dudan que exista.

Pero yo, yo tengo otra opinión muy diferente, porque me ha tocado de cerca ver que el verdadero amor sí existe, y que ni el paso de los años, ni las dificultades de la vida, ni el dolor de perder hijos, ni los defectos humanos, ni las faltas y errores, ni la tristeza que viene con la llegada de la vejez y los malestares y tropiezos que ocasiona, han podido destruirlo.

Se conocieron cuando eran jovencitos, él apuesto, galante, y cortés, ella linda, dulce y gentil. El risueño, juguetón y bromista, ella con su bella sonrisa, su inocencia y su gracia. El de ojos verdes y mirada pícara y ella con sus expresivos ojos castaños, bondadosos y tiernos. ¡Quién iba a decir que tantos años después, todavía seguirían juntos!

Mis padres se casaron después de ser novios por dos años y aún se les iluminan los ojos cuando hablan de ese día y cuentan las cosas que ocurrieron y los detalles de los preparativos que culminaron en la ceremonia nupcial donde hicieron votos de amarse, honrarse y estar uno junto al otro, hasta que la muerte los separe…

Feliz 64thHoy se cumplen 64 años del día maravilloso que Dios permitió que estas dos personas excelentes y que tanto se complementaban, unieran sus vidas en el santo matrimonio y lo que he visto a través de los 58 años que he compartido con ellos, me ha convencido que el amor verdadero sí existe.

Y este amor real, no tiene nada que ver con apariencias ni quimeras. Es un amor que en lugar de desvanecerse con el paso de los años, se ha nutrido y adquirido fuerza en las adversidades y quebrantos de la vida. Yo he visto ese amor en la mano extendida de un hombre anciano ya, que nunca había realizado trabajos de la casa porque su esposa era hacendosa y limpia, sacar ropas de la secadora y pasar mucho tiempo colgándola y preparándola para que su amada, que ha perdido sus habilidades para realizar cualquier tipo de trabajo, la use. He visto el amor en el rostro lleno de luz de una anciana cuya mente no sabe en ocasiones quién es él a ciencia cierta, pero cuya presencia la hace renovarse y hasta sonrojarse como una jovencita enamorada mientras le pide un beso, porque algo en su mente casi ausente, le recuerda lo que por él siente.

He visto el amor en la mano de ese hombre que con paciencia admirable, alimenta a su esposa. Y también lo he visto en la reacción de una mente que ha perdido su capacidad para recordar, mientras lo acaricia tiernamente. ¡Cuánto admiro a mis padres! En especial a mi padre que cada día tiene que enfrentarse a la dura realidad de una batalla sin sentido contra la fuerza de una enfermedad que deteriora y destruye al ser amado.

¡El amor sí existe! ¡El amor es real, es verdadero! No se rinde ante las adversidades, ni la fatiga, ni aun cuando no es reconocido. Y no importa cuánto tenga que entregar, está ahí latente y no se cansa de dar, aunque parezca que trabaja en vano. Y puede que la mente desgastada no guarde memoria de casi nada, pero el sentimiento continúa vivo y por momentos, sube a la superficie y se muestra tierno y enamorado como al comienzo.

Hoy, me siento honrada en tener la bendición de ser testigo y poder celebrar la dulce realidad del amor verdadero en las personas de mis padres, Florentino y Mirtha que han arribado a otro aniversario de la ceremonia que unió sus vidas para siempre y que ha sido bendición a tantas personas y en especial a mí.

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Recuerdos…

dia de los reyes¡Es increíble el poder que tiene la mente humana! Cómo acumula información que ni siquiera sabemos que está ahí y de pronto en el momento menos pensado, una palabra, un olor, una música, lo hace saltar a “primera plana” y tomar posesión del primer lugar en tu mente. Eso me sucedió esta mañana.

Hablando con mi esposo, mencionamos en la conversación que hoy es 6 de enero, y esto fue suficiente para que mi mente, en las raudas alas del recuerdo, se trasladara a la casa de mi infancia, al hogar de mis recuerdos. ¡6 de enero! ¡Qué fecha tan maravillosa para una pequeña niña! ¡Con que ansias era esperado ese día especial! Durante casi todo el año nos manteníamos mis hermanos y yo, pensando en el Día de Reyes, pero cuando llegaba diciembre, crecían las expectativas y eran más frecuentes las menciones y el tema de conversación principal era la pregunta ¿qué me traerán los Reyes?

Explicar en palabras lo que sentía mi corazón, tratar de trasmitirles en un idioma que se entienda las ilusiones que inundaban mi mente, creo que no es posible. Para completar, tuve la bendición de tener un padre que entendía a los niños y se ponía a la par nuestra a hacer planes con nosotros y a escuchar los anhelos de aquellos niñitos, sus hijos, y al mismo tiempo tratar de inclinarnos a que escogiéramos lo que en realidad él podía darnos. A veces pienso ¿cómo se sentiría Pipo al escucharnos, sabiendo sus limitaciones económicas y escuchando nuestros anhelos e ilusiones? Pero también me admira su sabiduría para inclinarnos a lo que podíamos recibir. Después de escucharnos decir detalladamente lo que esperábamos, nos daba su aprobación y hacía comentarios sobre lo que queríamos, y luego decía: “Eso está muy bueno todo, pero yo vi que los Reyes traían…” y ahí comenzaba la descripción de lo que realmente recibiríamos de regalo, y era tan lindo lo que contaba, y sonaba tan especial, que inmediatamente uno quería que fuera eso lo que estuviera debajo de tu camita el día de Reyes. ¡Felices e inolvidables recuerdos de una infancia alegre y bendecida!

No sé qué recuerdos guardas de esta fecha especial, ni siquiera si tuviste la dicha de celebrarla, pero yo quería contarte algo de mi experiencia y compartir contigo, algunos de los recuerdos tan lindos del Dia de los Reyes que guardo en mi memoria, y que a pesar de los años transcurridos y de vivir desde hace mucho tiempo en un país donde no existe esta tradición, nunca he podido olvidar.

¡Feliz Día de los Reyes Magos!