-Enviado por Caridad Krueger
Están dos viejitos sentados en la mesa del comedor, el viejito de unos ochenta y pico de años le dice a la esposa:
– Quiero mi desayuno, y presta atención, pues a ti todo se te olvida, ya estás senil. La viejita le responde:
– El olvidadizo eres tú, pero dime qué quieres. El viejito le dice:
– Quiero huevos revueltos con salchichas, que no se te olvide, pues siempre me traes algo que no te he pedido. La viejita le responde:
– Tú eres el que está senil, se te olvida lo que me has pedido.
– Bueno -le dice el esposo- repite: "huevos revueltos con salchichas”.
La viejita se va repitiendo, "huevos revueltos con salchichas”. Y al poco rato regresa con una humeante taza de chocolate, el viejito protesta:
– ¿ves? ¡Lo sabía!
– ¿Ahora qué pasa? ¿Qué hice mal? -le pregunta la viejita.
– ¡Se te olvidó el pan!!
A una amiga que llegó hace poco de Cuba, le dijeron que si escuchaba muñequitos en Inglés, le ayudaría mucho para aprender el idioma. Una tarde, se puso a escucharlos con su esposo que conoce el idioma un poco más que ella y le traducía lo que ella no entendía.
Uno de los muñequitos le dijo al otro: “I don’t know”. Ella preguntó:
-¿Qué quiso decir? El marido le contesta:
-Yo no sé. Y ella, indignada, le responde:
– ¡Mijo, yo creía que tú sabías más!