
El miércoles nos llevaron a un lugar llamado el callejón. Está lleno de tiendas a derecha e izquierda, pegaditas unas de otras, cuadra tras cuadra, no tengo idea qué tiempo se necesita para visitar esos callejones. Nosotros visitamos dos cuadras y fue como nada, así es la cantidad de tiendas que hay. Otra cosa que me gustó fueron los precios baratos. Quedé impresionada, fue un tiempo muy agradable para todos.
Teníamos programado el servicio para el jueves en casa de Francisco, más conocido por Paco, así lo llaman su esposa Liz y sus hijos. Nos llevaron los hermanos Eliseo y Pety, y nos estaban esperando con unas exquisitas pupusas Salvadoreñas muy bien preparadas, y en la tarde nos sorprendieron con pescado y carne de fajita al carbón, así como otras cosas, todo fue una delicia total. Sus atenciones eran como la de todos ellos, finas y amables, nos hacían sentir como en casa. No puedo dejar de mencionar al enorme y buen perro que ellos tienen, como es de grande así es de buenote, no molesta, por eso me pude acercar a él, casi logro ser su amiga.
En la noche nos acompañaron en el programa, Noé y su esposa Gilma, con quienes pudimos sentirnos muy bien en las alabanzas y todo lo que presentamos. Gilma y Liz me pidieron algunos consejos y la oración, que con mucho gusto la impartí, donde Dios se dejó sentir grandemente. Tuve la oportunidad de leer algunas de mis inspiraciones y quedamos satisfechas por sentir Su presencia.
Nos despedimos para ir al descanso, porque esa noche nos quedamos ahí con Francisco y Liz.
El viernes viajamos a Sacramento, donde nos estaban esperando el hermano Ricardo Montoya y la querida María, su esposa, así como los demás hermanos que deseaban reunirse con nosotros ese fin de semana. Fue un viaje bendecido y hermoso, pude recrear mi vista con la belleza de la naturaleza, el paisaje más primoroso que se pueda ver. Las montañas más admirables que he contemplado en mi vida, algo perfecto y portentoso. Queríamos llegar a ver los árboles de secuoya, pero no nos fue posible, Dios me lo tiene reservado para otra ocasión. Los viernes son en este tiempo cortos y no queríamos que se nos hiciera tarde. Ese viaje de seis horas en las montañas será algo inolvidable, fui admirando el paisaje en su totalidad y preciosidad inigualable, y en todo tuve que glorificar a Dios. Al regreso, fuimos muy bien recibidos y atendidos con esmero. Esa noche en el programa yo fui la encargada de traer el mensaje titulado: “Tú Decides”, tema sobre el que escribí algo y lo voy a compartir con ustedes.
El sábado dirigí el programa, y Joel predicó un hermoso mensaje acerca de la gratitud. Después de terminado el culto nos estaban esperando deliciosos majares preparados por los hermanos de esa localidad, abundantes y exquisitos y, sobre todo, con mucho amor. Degustamos con buen apetito, y después tuve reunión de damas, donde también nos sentimos llenas del Señor. En todo se notaba la gracia de Dios y Su dirección. La escuela sabática fue amena y quedamos invitados para tomar alimentos en sus casas; una sopa de tortilla preparada por la hermana María, que se distinguió por su exquisitez con la que la preparó.
El domingo siguió el frío y la lluvia que nos habían acompañado desde el viernes, y otra vez esas lindas familias que eran seis en total se unieron para prepararnos alimentos calientitos y deliciosos. Todo el día nos mimaron y atendieron con delicadeza, de lo cual estoy altamente agradecida, no lo podré olvidar. Esa tarde del domingo en el programa de despedida fue otra de las maravillas de mi viaje, por la forma en que se desarrolló la despedida. Hubo lágrimas, ya no nos queríamos separar del querido matrimonio de Eliseo y Pety, que estuvieron con nosotros todo el tiempo, así como esos lindos matrimonios que también se unieron tanto a nosotros, de tal forma que lloraron con nuestra despedida.
Llegamos al aeropuerto con rumbo a Houston, Texas, en un avión moderno y un viaje excelente por la gracia de Dios. Nuestro aterrizaje fue al amanecer, donde nuestras familias nos estaban esperando.
Gracias, queridos amigos del Rincón y lectores, por estar conmigo durante esta breve reseña que les he hecho con gusto acerca de las maravillas de mi viaje misionero.