¡Mi mejor regalo!

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Hoy jueves, 12 de febrero, fui a la escuela de uno de mis nietos, el muy amado Danny, que por cierto, llevo mucho tiempo sin escribir de él. A la hora del almuerzo, hablando con él, le pregunté qué quería que le comprara de regalo por el día del amor, y me respondió diciendo:

-Que estemos todos juntos es lo único que quiero.

Él tiene diez añitos, no podía creerlo, me quedé estática. ¿Cómo? Me preguntaba una y otra vez dentro de mí. Y como el que no sabe lo que dice, le dije:

-¿Quieres nada más estar junto a tus abuelos?

-Sí abuela, eso, es lo único que quiero -fingí tranquilidad, cuando en verdad quería gritar y llorar.

-Yo también Danny, es eso lo único que quiero, estar contigo, mi niño. Si Dios quiere, será un día bello, juntos. Te amo, mi niñito, tú lo sabes, ¿verdad?

-Sí abuelita, yo también te amo.

-Yo más Danny.

-No abuelita -dice riendo-, yo más.

Y así seguimos a ver quién ganaba.

-Yo más.

-No, yo más.

No hay un regalo mejor que este. Con ese puro y verdadero amor ¿qué más se puede desear?

Quiero hacer pública mi gratitud a Dios por todo su amor y cuidado, por mi linda y grande familia y por cada uno de ustedes, mis amigos del Rincón.

Hoy quiero felicitarles en esta fecha especial del amor y la amistad y aprovechar para decirles que vuestro amor me ha sido dulce y encantador, y que extraño a otros amigos y amigas que han pasado por aquí, por el Rincón, y no han regresado. Pero que los sigo queriendo y espero que un día nos saluden nuevamente.

Hoy quiero decirte que cuando regales, ponle tu toque especial de cariño, para que así sea el mejor regalo.

¡Celebremos el amor!

 

“¡Qué poder es el amor! Es el más maravilloso, el más importante de todos los poderes vivientes. El amor confiere vida a los que no la tienen” – Amado Nervo. También dijo que “no son seis o sietes las maravillas del mundo. No hay más que una, El amor”.

Te invito a celebrar el amor, yo quiero celebrarlo con mi familia, amigos y hermanos. Al “Amado de mi alma”, al Fiel, al Verdadero, al Eterno, a Él, que ama mi alma, Él es el más hermoso de los hijos de los hombres.

La esposa de un noble persa fue invitada para asistir a la fiesta de bodas del rey Ciro. A su regreso, su marido le preguntó animadamente si no consideraba que el novio-monarca era un hombre sumamente noble. Su respuesta fue: «No sé si sea noble o no; mi esposo era tan noble delante de mis ojos, que no vi a nadie aparte de él; no vi ninguna belleza sino en él». ¿Amamos a Cristo de esta manera? ¿Le amamos de tal forma que podamos decir: comparados con nuestro amor por Jesús, todos los otros amores no son nada? Es cierto que poseemos esos dulces amores que son muy queridos para nosotros, pero algunos podemos afirmar: nosotros, de cierto, amamos a Cristo más que a todo. La esposa dice de Cristo: «Oh tú a quien ama mi alma». Ella quiere decir que lo ama en todo el sentido profundo de esa palabra, esa es la forma en que debemos de amarle.

Jesús debe llenar el trono de nuestro corazón, Él es el que tiene todo lo que es digno de admirar en el universo entero, y por tanto Él tiene todo mi amor, porque todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, todo puede encontrarse sin medida en Cristo Jesús.

Óyelo clamar: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Recuerden que Él soportó esto por amor y tendrás que amarle.

Dios es amor, Él me amó, y se entregó por mí. Un gran predicador dijo: “Debíamos hacer que los vientos y las olas llevaran con frecuencia la historia de Su vida y de Su amor a aquellos que la desconocen”, para que ellos también celebren el amor verdadero.

Inclinada de rodillas a los pies de Cristo, tengo que decir: “Tu amor es para mí maravilloso, Tú siempre has estado conmigo en el tiempo de mi necesidad, en días oscuros, en días de cansancio. ¡Eres mi Amigo incomparable! Yo puedo dar mi propio testimonio de que no hay consuelo como Su consuelo, que no hay una sonrisa como Su sonrisa, que no hay un toque de ayuda que sea como Su mano liberadora. Maravilloso me es Su amor. Él ha estado muy cerca de mí. Él me ha sonreído, me ha sonreído muy dulcemente, ha habido momentos en los que el dolor me ha hecho desfallecer y Él ha puesto debajo de mí Sus brazos eternos.

¡Cómo ha vigilado Jesús sobre mí, y cómo me ha cuidado! Ninguna madre ha cuidado jamás a su bebé con el cuidado que Cristo me ha proporcionado. Es Él el amado de mi alma, cuando doy una mirada atrás y veo el hoyo en el que pude haber caído, entonces conozco mejor la grandeza de Su amor. Cuando me encuentro con otras personas que solían estar al lado del Señor, pero se han alejado del camino y entregado a las concupiscencias, digo: ¿Quién ha hecho que yo sea diferente? Qué, sino la gracia de Dios, es la que me ha guardado hasta ahora, entonces veo cómo el amor de Cristo me ha librado.

Amigos nos queda un poco de tiempo, y entonces la aflicción y los suspiros huirán para siempre. Estaremos donde ninguna angustia nos alcanzará, no habrá ni una ola de aflicción que nos alcance jamás, estaremos allí donde será felicidad servir a Dios. Contemplaremos el rostro del Rey en Su hermosura, no de vez en cuando, sino sempiternamente sin una nube o velo que se interpongan. Descubriremos que alabarle es un deleite; y nuestra voz será escuchada en medio de los coros de los glorificados cuando adoremos al Cordero cuyo amor por nosotros ha sido tan maravilloso.

Alguien dijo: “Un breve hálito, no mayor que el ancho de la palma de una mano, nos separa a ustedes y a mí de la eternidad, donde viviremos” con quien ama y guarda mi alma. Tenemos motivos suficientes para celebrar. ¡Celebremos el amor!

A una querida familia

Aunque es una despedida que yo espero no sea por mucho tiempo, porque albergo la fe que en cualquier momento nos veremos nuevamente, no por eso se deja de sentir tristeza. ¡Oh… qué tristes son las despedidas!  Tener que decir adiós a aquellos con quienes hemos convivido por tantos años nos duele hondamente.  Yo no quisiera estar triste, sobre todo sabiendo que es para bendición de ellos y el bien de la obra, pero si mi mente se tomara de la mano de mi deseo, ¡cómo viajaría y retozaría con tan lindos y gratos momentos que me inundan el corazón!  Son muchos años compartiendo con mi familia y mis pastores; familia Mondéjar Rodríguez.  Pero pienso que también tengo derecho a llorar, porque es una familia muy querida, y ya no los vamos a tener tan cerquita de nosotros y sé que me van a hacer falta.  Mucha falta.

Ese niñito que no quiere bajarse de la plataforma porque le encanta participar de todos los programas, ya que está lleno de devoción y de buenos deseos. Esa es su vida.  En una ocasión me llamó, Joelito tres, diciéndome que me llamaba porque quería decirme que me quería mucho.  ¡Quién no se derrite con tanta ternura! A esa llamada suya la he llamado la llamada de amor.  Él nos deleita con su agradable voz en los programas, acompañado por su linda hermanita, que lo mismo toca guitarra que batería.  ¡Qué niña tan encantadora y útil!  Ella también nos deleita con su voz agradable.  No sé… la verdad que no sé.  ¿Cómo vamos a acostumbrarnos a no tener cerca al niño entusiasta y a la dulce y calladita Joy?  Los vamos a necesitar tanto pero tanto.

¿Y si hablamos de la animada Melody, la que va arrasando con su sonrisa, llevando brío y alegría por doquier? Acordándose de los ancianitos con su paso de amor.  Y es que toda ella es un amor.  Y… ¿podremos dejar de prescindir de Cindy?  ¡Oh no! la incondicional y distinguida jovencita que nos eleva hasta la presencia de Dios con su dulce voz, con sus prédicas y con su dirección precisa y amena.  Todas las personas que componen esta familia son personas respetables, llenas de virtudes, y tienen una gracia especial para robarse nuestros corazones.  De hecho, ya nos tienen atrapados y enredados en sus cuerdas de amor, y es que estas jovencitas y niños siguen los pasos de tan fieles y buenos padres, Deilyta, como acostumbro a llamarte de cariño.  Servicial, atenta, siempre pendiente de nuestras necesidades.  Y ahora ¿quién puede sustituirte con esa dirección tan completa de los sábados? Y ¿quién va a halagarme como tú lo haces cuando te leo mis escritos?  ¿Quién me va a escuchar con tanta atención? Y no sólo oírlos, sino que hacías  uso de ellos en tus programas y horas devocionales.  Insustituible Deilyta, hasta nuestro paladar va a sufrir tu ausencia.  ¿Cuándo volveremos a saborear esos panes con bistec? Que con cada mordida yo exclamaba: “¡Mmm delicia total!”

Y ¿cómo voy a hablar de Joel Jr.? Sencillamente se acaban las palabras.  Voy a repetir lo que dije hace ya algún tiempo en uno de mis escritos: «Así es mi pastor, sencillo, amoroso, suave, con quien puedes hablar, reír, llorar, aprender…  Y si me sigo inspirando puedo decir que es el árbol que cualquiera buscaría para recostarse bajo su follaje para recibir sombra y sentir el soplo de esa agradable brisa cuando el sol te está quemando».

Tengo que dejar que rueden algunas lágrimas porque de lo contrario se me rompería el corazón, pero guardaré siempre dentro de mi alma aquellas bellas reuniones que tanto bien nos hicieron.  No sólo porque comíamos sabroso y reíamos a carcajadas, sino por la ayuda que recibimos para enfrentar cada ataque del Enemigo en nuestros hogares y con nuestros matrimonios. Con nosotros se quedan bellos momentos que tendremos para saborear con el paladar de nuestras almas.  Es imposible hablar de todo, y mis palabras apenas han servido para manchar el papel, como lágrimas que caen sobre la tinta imborrable de un amor imperecedero.  Sencillas pero leales palabras, sin buscar ni rebuscar.  Espontáneas, llenas de cariño sincero y  con mucho sentimiento a quienes han sido una familia a todo dar, y sobre todo, muy querida por nosotros.  Sé que van a trabajar y luchar, pero Dios va al frente de ustedes y nuestras oraciones les acompañarán hasta verles nuevamente, amada y respetada familia.

Madre mía

En este día de las madres se ha empapado mi alma de innumerables recuerdos de mi infancia, y mi corazón  se regocija, porque puedo decir: «¡Felicidades mamá, en este tu día especial! Gracias por ser una madre ejemplar, porque te mantienes fiel al Señor, por ser una mujer digna.  Por tu vida entregada al cuidado de tu hogar y de los tuyos.  Por ser buena, amorosa y santa, por enseñarnos que lo más valioso en esta vida es estar al lado de Dios.  No quiero que pase desapercibido este tu día, nuestro día, ya que yo también soy madre y sé lo que se siente cuando una es madre”».

Un poeta inspirado dijo: “Madre, son tan dulces las cosas que quiero decirte, que no sé, madre mía, lo que al fin te diré.  He buscado en el mundo lo más bello que existe para a ti compararlo, pero no lo encontré”.

A mí también se me pierden las palabras para expresarte mi amor, pero que mis sencillas palabras te arrullen, y que el Rincón se llene de dulzura al mencionar el nombre de Madre, ese nombre que da ternura y alegría, por todas sus bondades.

Que mis brazos se extiendan a través de la distancia y lleguen mis palabras para abrazarte, y mi corazón palpite acelerado diciendo en cada bum bum cuánto te amo.  Y que sepas que, ausente en persona, pero de corazón siempre presente, mi deseo es que el Señor te siga cobijando con Su suave manto de misericordia, y te sostenga con Su amor inmenso.  Que este nuevo día de las madres te goces con tus hijos que te amamos, por ser nuestra muy querida y buena mamá.

¡Felicidades a todas las madres en este día especial!

 

UNA HISTORIA DE AMOR

-Por Nelson Baires

Conocí una muchacha llamada Lisa en mis años de adolescencia en la escuela donde hice mi secundaria.  Teníamos mucho en común y llegamos a ser muy buenos amigos, nos gustaba leer, escribir, y sobre todo verle el lado amable a casi todo lo que nos afectaba en nuestras vidas. Nuestra conexión, aunque fue corta, aun sigue  indeleble en mi mente y corazón.

Ella padecía de una Distrofia Muscular, que la ató permanentemente a una silla de ruedas. Esta DM es una miopatía, y afecta los músculos de forma primaria, es de origen genético. Los músculos afectados tienden progresivamente a debilitarse hasta que estos dejan de ser activos permanentemente y la persona afectada ahora necesita ser constantemente asistida por equipos ortopédicos de ayuda o una persona dedicada 24 horas al día a la asistencia de la misma.

Pocos, relativamente, tenemos la bendición de encontrar el amor incondicional en otra persona (fuera de nuestros padres) y menos aun, que esta pueda llevar en sus espaldas la responsabilidad de cuidar, proteger, servir y dar todo de si a esa persona incapacitada. Yo mismo siendo incapacitado entiendo este asunto bien.

Lisa encontró esa persona que le amara incondicionalmente, que diera todo de sí por amor, por hacerla feliz; su nombre era Wilfredo. Un muchacho que admiré mucho antes de saber que en su corazón existía un amor profundo por mi muy querida amiga. Él era cordial, amable, educado y muy inteligente; se graduó tercero en su clase y estábamos seguros que tendría un futuro brillante.

Recuerdo que a Lisa le fue muy difícil aceptar el amor de Will, Él la persiguió (literalmente) por meses recibiendo solo negativas de parte de ella antes de lograr conseguir una cita para sacarla a comer. Lejos estaba de Lisa hacerse la difícil, la terquedad de parte de ella era más por entender su condición física y sus inseguridades y no quería darle una carga así a nadie, aparte de que no se sentía digna de ser amada. Algo que, aunque no una característica,  a veces es parte de las personas incapacitadas. De vez en cuando sufrimos de ese mal. 🙂

Pero Will ya había puesto en su corazón que no descansaría hasta conquistar el corazón de Lisa y así fue, una tarde de Abril la felicidad llegó a su corazón  cuando pudo sacar a pasear al amor de su vida.

El día de su matrimonio cuando el Pastor hizo alusión a esas palabras que  son un rito en el acto matrimonial: “¿Aceptas a esta mujer, y la tomas por tu esposa legal para tener y querer desde hoy en adelante, en el bien o en el mal, en enfermedad o en salud…? En ese momento comprendí que Will estaba en un momento en el cual podía decir “sí” a esta pregunta sin la existencia de la duda.  Su corazón ya hacía mucho había comprobado que era capaz de amarla sobre todas esas posibles circunstancias, pues ya lo venía haciendo desde hacía unos años.

El rito pregunta, basado en el amor presente, si la persona es capaz de amar sobre todo lo que pudiera suceder en el futuro. Will en ese aspecto, aun sabiendo a lo que se entregaba, sin duda en su corazón dijo que sí, y lo hizo por Amor.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16

Dios hecho Cristo entendió que la decisión de venir y entregarse por completo por causa del hombre era necesaria y la única respuesta para salvar lo que se había perdido. Y aun sabiendo a lo que se expondría se entregó por completo y dio Su sangre, Su cuerpo para ser castigado y muerto por una causa de Amor.

No existe absolutamente nada, que nosotros pudiéramos hacer o dar para pagar tal Amor, mas, luchemos para que nuestras vidas sean testimonio vivo de que agradecemos ese sacrificio no merecido. Que nuestra obediencia a nuestro Salvador llene nuestras almas cada día y podamos abandonar toda excusa que nos impida servirle y amarle por habernos dado salvación.

Amémosle incondicionalmente como El lo hizo y veremos la gloria de Dios  cada día.