
“¡Qué poder es el amor! Es el más maravilloso, el más importante de todos los poderes vivientes. El amor confiere vida a los que no la tienen” – Amado Nervo. También dijo que “no son seis o sietes las maravillas del mundo. No hay más que una, El amor”.
Te invito a celebrar el amor, yo quiero celebrarlo con mi familia, amigos y hermanos. Al “Amado de mi alma”, al Fiel, al Verdadero, al Eterno, a Él, que ama mi alma, Él es el más hermoso de los hijos de los hombres.
La esposa de un noble persa fue invitada para asistir a la fiesta de bodas del rey Ciro. A su regreso, su marido le preguntó animadamente si no consideraba que el novio-monarca era un hombre sumamente noble. Su respuesta fue: «No sé si sea noble o no; mi esposo era tan noble delante de mis ojos, que no vi a nadie aparte de él; no vi ninguna belleza sino en él». ¿Amamos a Cristo de esta manera? ¿Le amamos de tal forma que podamos decir: comparados con nuestro amor por Jesús, todos los otros amores no son nada? Es cierto que poseemos esos dulces amores que son muy queridos para nosotros, pero algunos podemos afirmar: nosotros, de cierto, amamos a Cristo más que a todo. La esposa dice de Cristo: «Oh tú a quien ama mi alma». Ella quiere decir que lo ama en todo el sentido profundo de esa palabra, esa es la forma en que debemos de amarle.
Jesús debe llenar el trono de nuestro corazón, Él es el que tiene todo lo que es digno de admirar en el universo entero, y por tanto Él tiene todo mi amor, porque todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, todo puede encontrarse sin medida en Cristo Jesús.
Óyelo clamar: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Recuerden que Él soportó esto por amor y tendrás que amarle.
Dios es amor, Él me amó, y se entregó por mí. Un gran predicador dijo: “Debíamos hacer que los vientos y las olas llevaran con frecuencia la historia de Su vida y de Su amor a aquellos que la desconocen”, para que ellos también celebren el amor verdadero.
Inclinada de rodillas a los pies de Cristo, tengo que decir: “Tu amor es para mí maravilloso, Tú siempre has estado conmigo en el tiempo de mi necesidad, en días oscuros, en días de cansancio. ¡Eres mi Amigo incomparable! Yo puedo dar mi propio testimonio de que no hay consuelo como Su consuelo, que no hay una sonrisa como Su sonrisa, que no hay un toque de ayuda que sea como Su mano liberadora. Maravilloso me es Su amor. Él ha estado muy cerca de mí. Él me ha sonreído, me ha sonreído muy dulcemente, ha habido momentos en los que el dolor me ha hecho desfallecer y Él ha puesto debajo de mí Sus brazos eternos.
¡Cómo ha vigilado Jesús sobre mí, y cómo me ha cuidado! Ninguna madre ha cuidado jamás a su bebé con el cuidado que Cristo me ha proporcionado. Es Él el amado de mi alma, cuando doy una mirada atrás y veo el hoyo en el que pude haber caído, entonces conozco mejor la grandeza de Su amor. Cuando me encuentro con otras personas que solían estar al lado del Señor, pero se han alejado del camino y entregado a las concupiscencias, digo: ¿Quién ha hecho que yo sea diferente? Qué, sino la gracia de Dios, es la que me ha guardado hasta ahora, entonces veo cómo el amor de Cristo me ha librado.
Amigos nos queda un poco de tiempo, y entonces la aflicción y los suspiros huirán para siempre. Estaremos donde ninguna angustia nos alcanzará, no habrá ni una ola de aflicción que nos alcance jamás, estaremos allí donde será felicidad servir a Dios. Contemplaremos el rostro del Rey en Su hermosura, no de vez en cuando, sino sempiternamente sin una nube o velo que se interpongan. Descubriremos que alabarle es un deleite; y nuestra voz será escuchada en medio de los coros de los glorificados cuando adoremos al Cordero cuyo amor por nosotros ha sido tan maravilloso.
Alguien dijo: “Un breve hálito, no mayor que el ancho de la palma de una mano, nos separa a ustedes y a mí de la eternidad, donde viviremos” con quien ama y guarda mi alma. Tenemos motivos suficientes para celebrar. ¡Celebremos el amor!