UN AMOR VERDADERO

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Hoy es 14 de febrero, fecha que hace muchos años fue escogida para celebrar “El Día de los Enamorados”. Cuando era una niña me alegraba mucho ver a mi padre que le traía un regalo a mi madre. Y desde que me enamoré y me casé, hasta el presente, me emocionaba cuando mi esposo me entregaba una tarjeta alusiva a la ocasión y me daba un regalo.

Es hermoso el amor cuando es verdadero, porque el amor es de Dios. No en balde dijo un pensador “Sólo desde que amo es bella la vida; sólo desde que amo sé que vivo”. Y cuánta razón tuvo al decirlo, porque la vida sin amor es como una nave sin timón en medio de un embravecido océano. Por esta razón copio aquí esta oración que todos los matrimonios cristianos debíamos repetir unidos a menudo para que podamos con amor, amistad, fortaleza y fe cumplir los votos que un día hicimos llenos de emoción porque nuestro corazón rebosaba de amor y de ilusión.

“Señor, bendice nuestro matrimonio con amor. Un amor seguro y comprensivo como el Tuyo. Con amistad… que disfrute de gozo y de consuelo en momentos de tristeza. Con fortaleza… para poder vivir con las presiones de cada día sin dejar de ser amable y paciente.

Con fe… primero en Ti, Señor y en tus bondades y misericordias y después esa fe del uno para el otro y así poder cada día y por el resto de nuestros días cumplir con los votos que hicimos uno al otro en tu nombre cuando dijimos: “Prometo dejar padre y madre y unirme a ti par amarte, honrarte, quererte, tratarte con cariño, protegerte y ayudarte y estar junto a ti hasta que la muerte nos separe”.

-Mirtha Almeida

EL VIAJERO INCANSABLE

En los tiempos antiguos no había las facilidades que tenemos nosotros en estos días para viajar. No obstante los hombres se trasladaban de un lugar a otro por tierra y por mar, desafiando los peligros que les amenazaban, ya fuera de ladrones o piratas o también de las inclemencias del tiempo como las tempestades.

El apóstol San Pablo fue un viajero incansable, llevando el mensaje de Dios a todos los lugares que el Señor le permitió llegar. Tuvo que enfrentar todas estas cosas y muchas más pues varias veces fue azotado, sufrió prisiones en cárceles, fue apedreado. Sus peligros eran constantes, fatigas, trabajos, muchas vigilias, hambre, sed, frío, desnudez etc.

Pero siempre realizando la tarea que el Señor le había encomendado, predicar el evangelio de Jesucristo. Predicar la doctrina del amor por todas partes. Ese era su trabajo, aunque cuando llegaba a algún lugar que pudiera ayudar no le importaba que tuviera que trabajar con sus propias manos, él lo hacía, para no comer de balde, ni él ni los que con él estaban, pero no era eso su principal objetivo. Porque este incansable viajero nunca abandonó su comisión, e iba con el mensaje de amor, esperanza y paz a todos los lugares y miles de almas fueron añadidas a la iglesia del Señor por su predicación.

Imitemos estas vidas gloriosas y cumplamos con el mandato de nuestro amado Salvador de ir por todo el mundo predicando el evangelio de buenas nuevas a toda criatura.

-Florentino Almeida

Pensamiento: Aprovecha tu tiempo evangelizando.

ENVIDIA

Un famoso poeta dijo: “La envidia, la pintan muy fea, pero yo no puedo negar que tengo algo de ella”. ¡Cuánta sinceridad! Y ¡qué gran verdad! Es cierto que la envidia es algo

desagradable y feo, pero no se puede negar que aunque se trate de disimular, todos más o menos tenemos algo de ella.

Envidia es tristeza o pesar por el bien ajeno. En las Sagradas Escrituras, el apóstol Santiago, hermano del Señor, nos habla de la envidia amarga y contenciosa que puede haber en nuestro corazón y que puede producir perturbación y toda obra perversa.

No hace mucho leía yo una historia sobre un hombre que él mismo se causó la muerte, sólo por la envidia que lo carcomía. Sus coterráneos habían levantado una estatua a cierto individuo que había sido un campeón en una competencia deportiva, y además era respetado y admirado por todos, por su honradez, y por su comportamiento.

Pero nuestro hombre sentía tal envidia que se prometió que destruiría aquella estatua y cada noche se deslizaba en la oscuridad con un cincel en una mano y un martillo en la otra, y fue así cortando la base donde se afirmaba la estatua. Poco a poco, a medida que pasaba el tiempo, avanzaba en su propósito de destrucción. Hasta que al fin lo logró.

La estatua comenzó a moverse, pero en la oscuridad el infeliz no pudo ver que le estaba cayendo encima y antes que pudiera moverse lo mató. Murió víctima de su propia envidia.

-Florentino Almeida

Pensamiento: Pide al Señor que quite de tu corazón la envidia.

Hijos de Dios

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Si quieres ser llamado un hijo de Dios, recuerda siempre de ir regando por el sendero de esta vida la preciosa simiente de la paz. Nunca dejes que se escapen de tus labios palabras duras que puedan provocar una contienda. Lleva una vida tan sosegada y tranquila que tu sola presencia sea como un bálsamo suave que pueda restablecer la paz aun en el lugar más turbulento.

Sigue el ejemplo del dulce Nazareno quien vino a este mundo a establecer paz y buena voluntad entre los hombres. Príncipe de paz es uno de sus títulos, porque paz reflejaba su semblante. Así decía Pilatos en una de sus cartas a Herodes: “ En aquella multitud en la que parecía que todos los demonios del infierno se habían dado cita para pedir su muerte, sólo el rostro de Él permanecía sereno”. Y lo hizo por nosotros para enseñarnos que mantener la ecuanimidad aun en las circunstancias más horrendas, es la única forma que existe para alcanzar la victoria en las batallas con nuestro enemigo, que lucha sin cesar para hacer que perdamos el camino, y nos alejemos de nuestra meta. Esa meta gloriosa de acercarnos más a Él, al amado Jesús, que con su dulce mansedumbre nos enseña que pacificando, obtendremos la preciosa bienaventuranza de ser llamados “hijos de Dios”.

Bien vale la pena cualquier esfuerzo que tengamos que hacer, porque es el más glorioso título que humano alguno pueda alcanzar en esta vida y en el siglo venidero, moraremos con Él.

PETICIÓN PARA EL AÑO NUEVO

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   Hace algunos días mientras cantábamos en el servicio de adoración en la Iglesia, al considerar las palabras del himno «Lugar para Cristo», cómo no encontró lugar no sólo en el mesón, sino tampoco en los corazones, yo, conmovida y con lágrimas en mis ojos,  le hice cantando esta petición : «Ven a mi corazón, ¡Oh Cristo!  pues en el hay lugar para ti» y sentí como que se acomodaba dentro de mí, porque había suficiente espacio para Él.  ¡Cuánta satisfacción siento desde entonces!

Por eso he decidido que ésta será mi petición diaria durante este año 2013, que está comenzando apenas, e invito a todos los amables lectores de nuestro Rincón de Amistad, que pidan también diariamente que haya espacio en vuestro interior para las virtudes y todas las cosas nobles y santas que el amado  Hijo de Dios les ha enseñado, para que Él  pueda sentirse a gusto.  Porque si dejan Uds, después de haber sido limpiados y tener su casa barrida y adornada, permiten  que el espíritu inmundo haga otra vez morada en vuestras habitaciones, como no hay comunión entre la luz y las tinieblas, el Divino Huésped se retirará.

   Por eso unámonos todos diariamente durante el nuevo año en esta petición: «Ven a mi corazón ¡Oh Cristo!  Pues en él hay lugar para ti.»

Mi hermano amado, si quieres ser feliz en este año 2013, dale a Cristo el primer lugar en tu corazón.

¡Feliz Año Nuevo para todos!