
Qué sentiría el paralítico de Bethesda, al escuchar las palabras de Jesús, cuando le preguntó: «¿Quieres ser sano?» . Después de 38 años de enfermedad, y viendo que mientras él trataba de llegar al estanque cuyas aguas habían sido revueltas por el ángel, otro se adelantaba, escuchar aquella pregunta tiene que haber removido todo su ser con el recuerdo de la frustración de tantas oportunidades que él