La señal de la bestia

P. Hermanitas, he oído a algunas personas de mi iglesia decir que hay que cuidarse de la vacuna contra el Covid 19 porque será la señal de la bestia.  ¿Qué dicen ustedes sobre eso?

R. Amiga, mucho se ha escrito de la señal de la bestia y de su número, y mucho de todo cuanto se ha escrito ha sido sin buen fundamento bíblico.  Vamos a ponernos los lentes bíblicos y examinar varias cosas necesarias antes de considerar la señal de la bestia.

Satanás, el padre de la mentira, no inventa las mentiras al aire, sino que utiliza la verdad para disfrazar su mentira.  Él conoce las Escrituras y las usa para sembrar duda y confusión en las mentes.  Él no necesita confundir a los incrédulos más de lo que ellos mismos se confunden, sino que desea confundir a los creyentes, para hacerles negar a Cristo.  ¿Cómo utilizaría Satanás las Escrituras en algo como la señal de la bestia para confundir al mundo?  Con la Escritura, obviamente.  ¿De qué manera?  Veamos qué paralelo hay entre esta señal en la mano derecha o la frente con la palabra de Dios.

La importancia de la salida de Egipto, de la manifestación de la santidad de Dios en Su ira contra los dioses egipcios, por lo cual decidió derramar la copa de Su juicio diez veces sobre esa tierra, no se puede exagerar.  Dios le recuerda a Su pueblo una y otra vez la salida de Egipto. Por algo es.  Su importancia no queda en la historia, sino que tiene una importancia escatológica que Satanás conoce y le teme.  Dios exige a Su pueblo, por medio de Moisés, recordar la Pascua como una de las solemnidades que se había de celebrar año tras año.  Aquello era señal y sombra de algo mayor, Cristo, nuestra Pascua.  Y es precisamente porque aún queda otro éxodo por cumplirse, del cual el primero era sólo un tipo, una señal y sombra, el gran éxodo en el que nuestra Pascua ha marcado nuestras frentes con Su sangre para no recibir la ira de Dios que viene sobre los injustos, es precisamente por eso que Satanás intentará hacer burla de algo que Dios exigió de Su pueblo cuando el primer éxodo.  ¿Qué fue?  La señal de Dios, en contraposición a la señal de la bestia.  La salida de Egipto y los mandamientos de Dios, ordenó Dios ponerlos como “señal sobre tu mano y como un memorial delante de tus ojos –la frente- (Éxodo 13:9)”.  Y les ordenó que las atara como señal en la mano y como frontal entre sus ojos –las filacterias-(Deuteronomio 6:8).  ¿Qué nos dice esto?  Que Satanás desea burlar aquello, que tiene un significado escatológico sagrado, sublime y glorioso, para deshonrar y blasfemar a Cristo. ¿Cómo? Con su propia señal, sobre la mano –derecha en esta ocasión- o sobre la frente.  ¿La señal de Dios que hacía?  Aquél ritual simbolizaba que los hijos de Israel pondrían las palabras de Dios sobre sus corazones y almas (Deuteronomio 11:18).  En contraposición, la señal de la bestia intenta hacer lo mismo, pero con las palabras de mentira de Satanás.  Y ¿cuál es esa mentira?  Juan nos da la respuesta: “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo (1 Juan 2:22)”.

Luego, en resumen, no nos preocupemos por una vacuna que nada puede negar.  No nos preocupemos por un microchip que tampoco muestra nada.  La señal de la bestia es una declaración, que se obligará a poner sobre la mano derecha o sobre la frente, para poder comprar y vender.  De otra manera uno moriría de hambre.  Pero esa señal, para ser la señal de la bestia, tiene que conformarse a lo que la Escritura declara: Primero, será impuesta por el falso profeta, y todavía no le hemos visto, y segundo, debe tener una declaración con el espíritu del anticristo.  ¿Cómo? Algo así como un tatuaje o algo tan sencillo como un pañuelo sobre la frente que diga palabras como: “Dios es uno y Mahoma es su profeta.  Dios no tiene hijos”.  Ya esa declaración hace más de un milenio que está escrita sobre las paredes del interior del altar que ocupa el lugar donde estuvo una vez el templo de Jerusalén.

Quien tiene oídos para oír oiga.

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