Conocí hace muchos años a un niño que sufrió una terrible enfermedad física, esta lo ató y fue desde la niñez su sentencia de por vida, mas en el corazón de este niño existía algo especial, algo que no todos poseen: Determinación. Cuán importante y necesaria es la determinación cuando llegamos a una encrucijada en el camino, cuán determinante llega a ser el momento en el que tenemos que tomar una decisión, la cual podría cambiar nuestras vidas de una manera radical y de raíz.
A través de la vida, sin lugar a dudas, encontraremos aquel obstáculo que pudiera ser nuestro Talón de Aquiles, obstáculo que probará nuestro carácter hasta lo sumo y que calará hasta lo más profundo de nuestro ser.
Recordemos lo que Jesús le dijo al Apóstol Pedro: Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; Lucas 22:31. Hermanos, con el diablo no existe un golpe suave; cuando el diablo planea, considera y por permisión ejecuta; ese golpe no es suave y no podríamos aguantarlo, sino fuera porque Cristo ha rogado al Padre por nosotros. Confiemos y no cometamos el error de dudar de esto mis hermanos, pues nuestro Maestro también le dijo al Apóstol Pedro: «pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Lucas 22:32. Pedro regresó triunfante, un poco más sabio y humilde después de su prueba. He aquí la palabra clave: Regresó. Entonces mi hermano; no te desanimes, ni te dejes amedrentar, ni pierdas la fe en aquel que te a llamado, pues como dijo el Salmista: Caerán a tu lado mil,Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Salmos 91:7.
Cantemos como cantó el Salmista: Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmos 27:1. Hermano, Jesús ya abogó por ti y por mí y seguirá abogando hasta el día de nuestro encuentro con él. Sé feliz, mira hacia el horizonte y levanta tus manos al Dios que te dio de Su gracia. Sonríe; pues el día está cerca en el que no habrá más tribulaciones, ni más dolores, ni más angustias, ni tristezas. Sonríe! y que tu corazón clame: Yo sé que mi Redentor vive… y en mi carne … mis ojos le verán. Job 19:25-27. Aquel niño del que te hablé, tuvo determinación y con el alma en su corazón se trabó de la mano del Omnipotente y aún en sus debilidades y en sus caídas no deja esa Fe que le ató un día a esa mano Santa y poderosa.
Que haya bendición.
-Nelson Baires
Querido Nelson, cuanto gozo sentí cuando abrí la página y vi su precioso escrito exhortándonos a tener determinación, muy triste la historia de ese niño, que fácilmente puedo saber o imaginarme cuanto ha sufrido, pero eso le ha dado arrojo e interesa y una fe inquebrantable, y eso es lo importante, ¡cuánto podemos aprender a través del sufrir!
Gracias hermanito, que sea bendecido.
Y no deje de escribir…