El otro día mientras subía a mi auto resbalé al tratar de tomarme de la puerta para impulsarme hasta mi asiento; como algunos sabrán mis extremidades inferiores no funcionan debido a la polio que sufrí hace muchos años cuando aún era un bebé y dependo en un 90 por ciento de mis brazos y manos para trasladarme de un lugar a otro como en este caso era de mi silla de ruedas al asiento de mi auto. Al verme en tal aprieto y apreciando una segura caída al suelo, miré hacia arriba e hice un último esfuerzo y casi instintivamente logre extender mi brazo lo suficiente como para trabar de una agarradera que está exactamente sobre la puerta en la parte interior del carro, así evitando una caída segura.
Después de tomar un respiro de aliento y ya estando seguro en el asiento, no pude más que meditar en el pronto auxilio que Dios presta a sus hijos.
El rey David lo dijo, «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.» El Apóstol Pablo al dirigirse a los Colosenses les aconsejó esto mismo: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.» Y es que mirar hacia arriba y no hacia abajo es un buen consejo, pues al poner nuestra mira en las cosas de abajo solo veremos el fracaso, el sufrimiento y la desdicha. Mas si miramos hacia arriba veremos la esperanza, el consuelo y la Victoria en Cristo Jesus nuestro Salvador.
Hermanos, solo en Cristo podemos estar seguros, solo con él nuestra barca puede moverse segura a través de las aguas turbias de la vida, y solo trabando de Su mano podremos caminar sobre las aguas de este turbulento mundo que asecha nuestras almas día con día, hora tras hora y segundo tras segundo. En las noticias solo se escucha chaos, desorden y confusión. En los trabajos la ética es algo que el amor al poder y al dinero ya han opacado y muchas veces enterrado permanentemente. Nuestros vecinos viven en contienda constante, pues han olvidado la moral y han descendido a lo más bajo de sus deseos y apetitos, y esto a destruido a los matrimonios y familias. Nuestros hijos en sus escuelas y universidades solo escuchan ideas extrañas y son, muchas veces, presionados a seguir ideas en las que su fin es muerte.
Solo en Cristo podemos ser libres y vivir seguros, solo en él podemos encontrar la respuesta a nuestros problemas, solo en él encontraremos verdadero reposo para nuestras almas.
Isaías nos dice que; «Jehová es el que da camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas».
Busquémosle pues, mientras pueda ser hallado, llamemos mientras esté cercano.
Que haya bendición,
-Nelson Baires
Mi socorro también viene de lo alto.
Que hermoso escrito querido Nelson, tremenda reflexión, me conmovi al leerla, de la aflicción es que podemos extraer los mejores consejos, aleluya, se que muchos van hacer edificados con su mensaje, entre ellos yo.
Mi caluroso saludo, hermano, abrazos a su linda familia.