Hace poco oí un bello himno que parte de la letra dice así: “Si acaso se me olvida, si acaso se me pasa, llévame al madero, donde empezó nuestra amistad, llévame a la cruz, solo allí hay restauración, acércame, yo te necesito, solo allí hay amor”.
Lo encontré tan hermoso. Considero que es también mi sentir. ¿Habrá una amistad mayor o mejor, o más fiel, o más segura? ¡Yo no he encontrado otra igual! Que me haga sentir mejor, ni más segura, que permanezca en el mismo lugar. Aunque me distraiga y me aleje y lo olvide, no hay otro que me comprenda de igual manera, que se preocupe y que me ame como Él.
Solo llévame a la cruz, solo allí hay restauración, vida nueva y abundante. Acércame, yo te necesito Señor, porque solo en ti hay amor sin medida, sin condiciones, Tú me aceptas tal como soy. Aleluya a tu Nombre. Si te tengo a ti, hay paz y seguridad en mi vida. Me quiero refugiar siempre en tu cruz y en tu bendito amor. Jamás podré comprender tu inmenso amor, pero si algún día se me olvida, llévame al madero, allí donde te colgaron y clavaron para pagar mi deuda. No había otra forma. Allí estuviste de acuerdo en sufrir tanto para darme la salvación. Nunca podré pagar, ni aun de rodillas, toda mi vida, tal gracia, tal sacrificio, pero sí puedo agradecerte y amarte y vivir cerca de ti. Si me lo permites, aun en mis torpezas y descuidos, ¡refúgiame! Y que no seas Tú el que me olvide, y si a mí se me olvida, te vuelvo a pedir: “Llévame al madero, a la cruz, donde vertiste tu sangre para lavarme”. Gracias Jesús amado.
«La vida no da garantía, cada momento importa, y el amor es el que perdura».
Que belleza! Que importante! Y cuanta verdad encierra este escrito mi querida hermanita Merari.
Es muy cierto que no existe amistad que le haga rival a la de nuestro amado Jesus. Se siente uno tan seguro cuando le platicamos, cuando le confesamos nuestros más íntimos dolores, inseguridades y debilidades. Y siempre sentimos Su amor, su voz suave y directa dándo el consuelo que nuestra alma necesita. Nada en este mundo tiene garantía, tiene razón, por eso vivamos cada momento al máximo y sintiendo que él está siempre a nuestro lado pa entonces poder hacer solo lo bueno y aprovechar de Su amor que nos acompaña a cada paso y en cada momento.
Gracias querida Merari, gracias. Estás palabras han dado paz a mi alma y habiéndome llevado al Madero me dio el perdón inmerecido. Más doy gloria a Dios porque se dignó.
Tenga un Buen Día hermanita, que haya bendición.