Los cristianos en casi todo el mundo estamos celebrando la Semana Santa, nos da tristeza pues nuestro amado Salvador, tuvo que morir por los pecados del mundo, pero a la vez sentimos mucho gozo pues sabemos que El resucitó.
Antes de continuar, quiero compartir con Uds. amigos, algo que leí en una revista, mientras esperaba en la oficina del Doctor, me di cuenta al leer el artículo, que las personas tienen dificultad para comprender el concepto de los sacrificios de animales que Dios le ordenó a Moisés para el pueblo de Israel.
No voy a repetir las cosas que decía el escrito, comparando los sacrificios que Dios ordenó, con los de los pueblos paganos. Se ve que estas personas no conocen la Palabra de Dios, no entienden que desde que el hombre pecó en el Edén, Dios prometió un Redentor, (Gén. 3:15). Son muchas las profecías de la venida del Mesías, y esas profecías fueron cumplidas cuando «El Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros como Unigénito del Padre para gracia y verdad» (Juan 1:14). Leemos en Lev. 17:11 «Por lo cual la misma sangre expiará la persona», es decir, si no hay derramamiento de sangre, no hay remisión de pecados.
En los primeros capítulos del libro de Levítico se explican con lujo de detalles estos diferentes sacrificios, sacrificios expiatorios, ofrenda de gratitud, sacrificios por el perdón, ofrendas de paz, sacrificios por los príncipes, sacrificios de confesión y perdón. En una ocasión, le pregunté a mi Pastor: «¿por qué tanta sangre?» Y él me respondió: «El pecado es algo muy serio, y un solo sacrificio no era suficiente».
En el primer capítulo de Levítico el versículo 1 dice: «Y llamó Jehová a Moisés y habló desde el tabernáculo diciendo: habla a los hijos de Israel». Es decir, esta fue una ley directa de Dios para los hijos de Israel. Estos sacrificios eran muy diferente a los sacrificios de las mitologías paganas, ya que estos últimos se hacían para apaciguar la ira de los dioses. Cada dios, -y eran muchos- necesitaba algo diferente, y los paganos podían evitar la ira de los dioses, dándoles lo que ellos pedían, por lo menos esa eran sus creencias. Pero los sacrificios que Dios ordenó al pueblo israelita era para el beneficio de ellos. Nuestro Dios es un Ser Supremo, el Creador, El no necesita nada, es más en la Biblia en Inglés se le llama «sacrifice», en Español Sacrificio, en la Biblia alemana se le llama «opfer (a Dios), pero en la Biblia hebrea la palabra es «korbán» que significa acercarse (a Dios), porque estos sacrificios eran para acercar al pueblo a Dios. Poco a poco, el pueblo israelita se fue apartando más y más de los Mandamientos de las leyes que ellos prometieron cumplir, y mucho antes de nacer Jesús, los saduceos que eran los encargados del Templo, no cumplieron con el Pacto con Dios, se corrompieron.
Todos estos acontecimientos tuvieron que pasar, para que se cumplieran las profecías , en Isaías 9:6 dice: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, el principado sobre su hombro; llamarás su nombre, Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz, y en Juan capítulo 1: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad».
La Palabra de Dios nos dice en Hebreos 9:12 «Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por Su propia sangre, entró una sola vez en el Santuario, habiendo obtenido eternal redención». ¡Qué amor tan grande el del Señor para con nosotros! La crucifixión, era una manera muy cruel que utilizaban los romanos, les recomiendo el escrito del Rincón «La más grande historia de amor», en ese artículo el autor, A. M. explica con lujo de detalles, lo que era la crucifixión, el gran sufrimiento de Nuestro Señor. A mí me conmovió muchísimo, pero tal y como El había prometido a sus discípulos, venció a la muerte y resucitó.
La historia de la Resurrección es una esperanza para el creyente, pues muchos ni siquiera creen en la Resurrección, un estudio hecho en Alemania en el año 2007, dice que solo un 35% de la población cree en la resurrección. Los católicos , solo un 40% lo creen; algunos judíos creen en la re-encarnación, pero no en la resurrección. Nosotros sabemos que Cristo resucitó, El nos dijo «Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque esté muerto vivirá». ¡Qué promesa para el creyente! Desde los tiempos del Antiguo Testamento, ya se sabía que habría una resurrección. Aquí les doy algunas citas, Job19: 25-27; Salmo 49:15; Salmo 16:10; Isa.26:19; Daniel 12:2.
Feliz día de Resurrección para todos los amigos del Rincón.
Gracias Caridacita, felicidades para ti también en esta semana, precioso escrito, como todos los que tu preparas, ¡Que hermosas promesas tenemos en la palabra de Dios! que hubiera sido de nosotros si el Señor no nos amara de esa manera, estaríamos sin esperanza, sin razón de vivir, gracias a Jesucristo por su muerte y resurrección, Aleluya.
Qué tremendo esta ese escrito de A.M. «La mas grande historia de amor».
Un fuerte abrazo para ti.