Saludos a todos los amigos del Rincón, les deseo a todos un año lleno de bendiciones de lo alto. Este escrito que les cuento es verídico, es parte de la historia de la Fuerzas Armadas de este país.
No sé si alguno de Uds. ha asistido a un funeral militar donde se toca el «Taps», algunos le llaman «Toque de queda» otros «Silencio», pero cuando mi hijo Miguel vino por el fin de año, estuvimos recordando, que cuando él estaba en la Fuerza Aérea, un compañero suyo, fue alcanzado por el fuego enemigo y murió, el joven era de Sandy, Oregón, como es natural trajeron su cuerpo, y en la ciudad de Sandy lo enterraron con todos los honores militares. Yo asistí, por ser compañero de mi hijo, fue algo tan triste, especialmente cuando un soldado, tocó el toque de queda, es algo tan emotivo que a muchos se nos llenaron los ojos de lágrimas, y esto sucedió muchos años atrás, cuando el entonces presidente Bush, envió tropas para la operación «Desert Storm».
Mi hijo me contó cómo se originó el tocar esta melodía a los militares caídos, la historia es tan conmovedora que quiero compartirla con mis amigos del Rincón.
Todo comenzó en 1862, durante la Guerra civil en Estados Unidos, entre La Unión (el norte del país) y los Confederados (los del sur). Un capitán del ejército de la Unión, Robert Elly estaba con sus hombres cerca de Harrison Landing, en Virginia, el ejército confederado estaba al otro lado del angosto terreno. Durante la noche, el capitán Elly oyó los quejidos de un soldado que estaba mal herido en el campo, sin saber si se trataba de un soldado de la Unión, o de la Confederación, el capitán decidió arriesgar su vida y trajo al hombre mal herido para darle atención médica. Arrastrándose por el suelo y esquivando los disparos de los Confederados, al fin llegó donde se encontraba el soldado herido y comenzó a halarlo por los pies hacia el campamento de la Unión. Cuando al fin llegó a sus líneas se dio cuenta que el soldado herido era un Confederado, pero el soldado ya había muerto…
El capitán encendió su linterna y de repente se quedó sin aliento, se paralizó por el shock, en la penumbra vio el rostro del soldado, ¡se trataba de su propio hijo! El muchacho había viajado al Sur a estudiar música, cuando estalló la Guerra entre el Norte y el sur, sin decirle nada a su padre, el joven se alistó en el ejército confederado.
A la mañana siguiente con el corazón destrozado, el capitán pidió permiso a sus superiores para dar a su hijo un entierro con honores militares a pesar que él había pertenecido al bando enemigo, su pedido fue parcialmente aprobado.
El capitán pidió si podía tener un grupo de miembros de la banda de músicos que tocaran en el funeral de su hijo. La solicitud le fue negada en vista que el soldado pertenecía al ejército Confederado, pero por respeto al padre, le dijeron que solo podían darle un solo músico. El capitán escogió un soldado que tocaba la corneta, para que interpretara una serie de notas musicales que encontró en el bolsillo del uniforme del joven fallecido. Esta solicitud le fue otorgada. Así nació la melodía inolvidable que ahora conocemos como «Taps» o toque de queda, la letra de esta angustiosa melodía se toca en los entierros militares y dice así:
El día ha terminado,
se fue el sol de los lagos, de las Colinas,
de los cielos.
Todo está bien.
Descansa protegido, Dios está cerca.
La luz tenue, oscurece la vista
Y la estrella embellece el cielo
Brillando luminosa desde lejos
Acercándose, cae la noche
Agradecimientos y alabanzas
para nuestros días debajo del sol,
debajo de las estrellas, debajo del cielo
Así vamos, esto sabemos: Dios está cerca.
Queridos amigos elevemos una oración por estos soldados que algún día puedan conocer a Dios y aceptar a Cristo como su Salvador
Querida Caridad,
Esta historia me ha conmovido mucho puesto que se ve que uno siempre debe hacer el bien porque uno no sabe cuan de cerca puede ayudar a alguien. Gracias por este escrito y que Dios te bendiga.