Aunque realmente cada día es igual a otro, porque amanece y va avanzando hasta que finaliza, y además tiene 24 horas como el anterior, igual que el que viene detrás de él, y el que existió antes, la verdad es que de vez en cuando, tienen algo que hace a ese día diferente a los demás. Porque suceden hechos maravillosos que lo distingue y señala entre el resto de los días, como uno muy especial.
Tal es lo que acontece con el día de hoy, noviembre 5. E apariencia es un día como otro cualquiera, pero en realidad es muy especial, porque hace años, fue marcado con el nacimiento de una niñita a quien llamaron Milca.
No tuve el privilegio de compartir esa etapa feliz de la niñez, ni disfrutar con ella de las aventuras y momentos alegres de la infancia. Nunca nos comunicamos secretos, ni nos hicimos cuentos, ni jugamos a las casitas, pues vivíamos distantes una de la otra y aunque tal vez nos vimos en alguna ocasión, no tengo memoria muy clara de esto. Pero, como la vida da muchas vueltas, en la adolescencia nuestros caminos se cruzaron, y desde el primer momento, tal como le sucedió a aquellos personajes bíblicos, mi alma se pegó a la de ella y nos hicimos amigas de verdad.
Cuando al transcurrir unos pocos años, se casó con mi hermano mayor, tuve al fin la alegría de tener una hermana, no solamente de nombre, sino de corazón, de las de verdad, de las que lloran contigo, ríen tus ocurrencias, te apoyan en tus proyectos y aun a regañadientes, y sólo porque te quieren tanto, no pueden dejar de hacer lo que se te ocurre, aunque realmente no creen que eso es tan buena idea.
Han pasado muchos años, más de cuarenta ya, y todavía me quiere. Por ley es mi cuñada, pero por amor es mi hermana. Ha sido para mí esa persona que siempre te respalda y con quien sabes que puedes contar. Tenemos en común el haber compartido y disfrutado la alegría de vernos casar cada una con el hombre que amaba, y formar un hogar. Disfrutamos y nos ayudamos a criar los tres hijos de ella y los tres hijos míos. Hemos (y digo hemos, porque yo estaba presente, pero casi siempre ella hizo mucho más que yo) adornado arbolitos de Navidad, preparado fiestas de cumpleaños desde el primer añito hasta la más elaborada celebración de 15 años y bodas. Hemos cocinado banquetes para toda la familia en cumpleaños, aniversarios, graduaciones, día de las madres, día de los padres, día de Acción de Gracias, Navidad y algún otro motivo que se me ocurriera, siempre conmigo, siempre apoyándome, siempre ayudándome, y sobre todo siempre amándome.
Juntas hemos tenido que enfrentar grandes tormentas y sufrir muchos quebrantos, y juntas hemos agradecido a Dios la fortaleza que nos ha prestado para vencer cuando parecía que nos hundíamos. Hemos orado juntas y pasado en vela algunas noches. Nos unen tantas cosas, que muchas veces en que comienzo a decir algo, ella termina la frase como si supiera lo que estoy pensando… y es que tal vez sí sabe, porque me conoce bastante bien y porque tenemos mucho en común.
Y narro todo, para que tengan una idea de por qué yo considero que hoy es un día muy especial.
Milca, mi hermana y mi amiga, confidente y consejera (y también regañona en ocasiones, que le encanta “halarme las orejas”) como Dios nos ha concedido el privilegio de que cumplas un año más, quiero tomar este momento para decirte lo que creo que sabes, pero que es bueno que se repita: ¡Gracias por tu amor y amistad! Gracias por todo lo que has hecho y haces por esta familia que desde hace tantos años se convirtió en tuya propia. Y elevo mi plegaria a Dios para que te bendiga, que te dé salud y te corone de favores, de modo que te rejuvenezcas y te sientas fortalecida en los muchos años de vida que Dios te ha de permitir vivir como una bendición para los que te amamos.
Mi hermana y mi amiga. Siempre agradeceré a Dios el haberte conocido.
,¡Feliz Cumpleaños Milca!
Te desea tu hermana,
Judith
Judita, gracias por esa belleza de escrito, yo sé que me quieres, por eso me ves con los ojos del amor. Yo también te quiero. Besitos