La Biblia no da muchos detalles acerca de los judíos que estaban en el reinado de Assuero, ni de como vivirían realmente, pero sí dice con claridad que al salir el edicto del rey que instigado por la maldad de Amán, hablaba de la destrucción del pueblo judío en una fecha específica, hubo grande “luto y ayuno, y lloro y lamentación: saco y ceniza era la cama de muchos”. Y no era para menos, iban a ser exterminados, “desde el niño hasta el viejo, niños y mujeres en un día”. Firmado este edicto y sellado con el anillo del rey, no había esperanza de salvación, estaban realmente atrapados por las circunstancias que había provocado el odio terrible que sentía Amán contra Mardoqueo.
Pero nuestro Padre celestial está siempre en control y la historia es preciosa, de como Dios usó a una hermosa joven para traer “luz y alegría y gozo y honra” para los judíos y de cómo el día que los enemigos habían destinado para destruirlos, se convirtió en un día de celebración y liberación para el pueblo de Dios.
Sé por experiencia propia, como puede temblar el corazón de horror, al ver que las circunstancias en lugar de mejorar, empeoran. Y puedo contar acerca del sentimiento de impotencia, angustia y dolor que traspasa tu ser. Pero también puedo testificar que cuando se entrega todo en las manos de Dios, Él no desampara. Tiene el poder suficiente para cambiar las circunstancias más terribles en gozo y paz.
Puede que tus circunstancias no sean las mejores y sientas tanta tristeza por el dolor que amenaza en destruirte, que no sepas a donde volverte. No permitas que las circunstancias, apaguen tu fe en el Poderoso, Omnipotente y Santo quien con la prueba, dará también la salida. No te sientas atrapado, confía en Dios.
Amén, querida Judith. Qué glorioso es tener fe en un Padre amoroso, que lo puede todo y que quiere el bien de Sus hijos. Esa historia de Esther y el pueblo de Dios es preciosa y cuánto nos enseña. Si Esther no hubiera tenido fe y valor, la historia hubiera sido muy diferente. Gracias por recordarnos, de una manera tan linda, que por atrapados que nos encontremos, Dios puede cambiar las circunstancias en un abrir y cerrar de ojos.
Besitos