-Por Abrahán Fernández
Esta regla formula que si un alimento cae al suelo y es recogido antes de los cinco segundos se puede comer, ¿es cierto esto? NO, sencilla y llanamente NO. De hecho, los científicos han demostrado que la contaminación es instantánea; aunque algunos alimentos secos como las galletas, pueden estar hasta treinta minutos sin contaminarse, de todas formas mi recomendación es tirarlos. Ayer mismo se me cayó un muslo de pollo a la alfombra; como vengo de un lugar en que la escasez es el pan diario, y aún no me he desintoxicado totalmente de ella, mi primer pensamiento fue ¡recógelo! Y ya iba a… cuando escuché la voz de mi suegra diciéndome: ¡bótalo! que en la olla hay más. Allá, donde las noches son más tristes, me hubiera dicho: ¡lávalo! “Que lo que no mata engorda y lo que sobre pa` la gorda”. Cosas de mi país.
Este incidente me hizo pensar en cuan a menudo usamos la susodicha regla en nuestra relación con el pecado. “Eso no hace nada”, “es un momentico nada más”, “un poquito no hace daño”, “miramos y lo apagamos rápido”, etc, etc y etc. ¿Le suenan algunas de estas frases? Cuentan que la hija de un general romano no quería renunciar a cierta amistad y le insistía que no importaba que dicha persona tuviera mala reputación mientras ella no la imitara, el padre la llevó hasta la cocina y le pidió que tomara un carbón apagado, la muchacha obedeció y al ver que se manchó los dedos le dijo al padre que había que tener más cuidado al tocar carbón, -de igual manera hija mía sucede con las malas amistades- le dijo el padre –se debe tener mucho cuidado para tratarlas-.
Muchos siglos atrás hubo otra muchacha que le sucedió algo parecido: Dina. Y salió Dina la hija de Lea, la cual había ésta parido á Jacob, á ver las hijas del país. Gén.34:1. ¿Resultado? Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró. Gén.34:2. Solo salió a “ver” y a la que “vieron” fue a ella. Hace algunos días, escuché a una hermana hablar sobre la “teclita del diablo”, lo dijo refriéndose a los que son esclavos de la pornografía, algo de lo que se habla muy poco entre nosotros. Hoy el mundo y sus concupiscencias están al alcance de un clic. El slogan de la compañía telefónica de mi país es: “En línea con el mundo”. Un slogan que muchos han hecho suyo, porque el relativismo moral les hace creer que no hay nada de malo en ello y, corrompen sus vidas mirando lo que no tienen que mirar, no se dan cuenta que el contagio es instantáneo.
Veamos dos ejemplos: Una simple mordida les costó el paraíso a Adán, Eva y, por qué no, también a nosotros; David después de una mirada cometió adulterio y asesinato, por mencionar solo dos de los pecados que esa sola ojeada desencadenaría. Porque el pecado es igual a un solo microbio que entra a nuestro cuerpo y se reproduce hasta enfermarnos. Emilio González, el pastor por el cual conocí el Evangelio me enseñó que era más fácil portarse bien que mal, porque para hacer lo segundo tenemos que escondernos, por temor a que nos descubran; si no, pregunten a un ladrón todo lo que tiene que hacer para que no lo atrapen.
Queda entonces demostrado que el más simple roce con el pecado es fatal, en 1Ts 5:22 la Nácar Colunga traduce: Absteneos hasta de la apariencia de mal. Ajá, eso mismo, hasta de lo que se parece al pecado. Si un solo segundo basta para echar abajo años de fidelidad y entrega, ¿cuánto más cinco segundos? Por eso la Palabra de Dios dice: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2Co 6:14-18
Nelson esta reflexión aparte de hermosa esta poderosa y sustanciosa, Dios nos de conciencia para apartarnos del mal y saber que solamente un desliz de cinco segundo nos puede hacer perdedores del alma, me encanto esta reflexión Nelson, gracias por compartirla.
Bendiciones