-por Abrahán Fernández
Cuenta una antigua historia que Dios y Enoc tenían la costumbre de salir a caminar juntos todos los días. Un día, habían caminado tanto que sin darse cuenta, vinieron las sombras de la noche; entonces el Señor dijo a Enoc: "Enoc, mi casa está más cerca que la tuya, te invito a que te quedes conmigo". Desde ese día, Enoc vive con Dios.
¨Y murió¨, así terminan las pequeñas reseñas de los patriarcas que se mencionan en la genealogía del capítulo 5 de Génesis, exceptuando a Enoc. Habían pasado algunos años desde que el Señor le había dicho a Adán: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Gén.2:16,17. Pero este hombre rompe la cadena de muerte y pasa ¨de vida a vida¨. Tres versículos se usan para contar las vidas de los demás, pero a Enoc se le agrega un cuarto que dice: Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Gén.5:24. No hacía falta decir más, porque en esta sola frase se encierra el ideal de lo que es una vida entregada enteramente a Dios. Caminar cansa, yo lo se por experiencia. Sin embargo, todos estarán de acuerdo en que es saludable, porque según un estudio, caminar 30 minutos diarios podría reducir en un 20% el número de muertos por enfermedades cardiovasculares. Si esto es cierto, me alegra saber que no moriré de un infarto. Pero hablo de otra clase de caminar mucho más saludable, una que no abunda mucho hoy y, cosa curiosa, aunque por deducción sabemos que todos los héroes de la fe ¨caminaron con Dios¨, la biblia solo dice esto de dos hombres en toda la historia humana: Enoc y Noé.
En cuanto a Enoc ya sabemos lo que le sucedió, pero ¿Por qué Dios no se llevó a Noé y sí lo hizo con Elías sin decir que había caminado con Él? Pienso que fue porque Noé todavía tenía trabajo por acá abajo, había que hacer el Arca y él era el hombre idóneo. Además de que según algunos, el episodio de su borrachera y desnudez, empañó un poco la vida de este eminente hombre; quizás si esto no hubiera sucedido Dios se lo habría llevado; pero continuemos con Enoc.
Debemos también tener en cuenta que la Escritura no dice: ¨y corrió Enoc con Dios¨, sino ¨caminó¨, dándonos a entender de que hay que ir al paso del Señor; porque seamos honestos, a veces vamos un poquito acelerados, y cuando venimos a darnos cuenta hemos dejado atrás al Señor, cuando es Él quien conoce el camino, además de que es mucho mejor andar bien acompañados que solos, la Biblia dice: Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. Ecl.4:9,10. La experiencia nos indica que todos aquellos que han querido andar por su cuenta (correr) han tropezado y caído estrepitosamente, no caminar con Dios es pues muy peligroso.
Siempre que escuchamos a los que dirigen el culto hacer la pregunta ¿Cuántos quieren ir al cielo?, automáticamente levantamos la mano para expresar nuestro deseo de estar allá, pero, ¡ay bendito pero! si estamos embriagados de deseos mundanales, (Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Luc.21:34) y nuestra moral no vale un cuarto (Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Apo.3:18) nos pasará como a Noé, embriagados y desnudos no llegaremos. ¿Cómo entonces pudo lograrlo Enoc? El escritor a los hebreos nos da la clave: Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Heb.11:5. Más claro ni el agua, el que quiera ir al cielo debe agradar a Dios.
¿Qué es pues caminar con Dios? Matthew Henry comentando este texto expresa:
La piedad es caminar con Dios: lo cual muestra la reconciliación con Dios, pues dos no pueden andar juntos si no estuvieren de acuerdo, Amos 3:3. Incluye todas las partes de una vida santa, recta y sobria. Caminar con Dios es tener a Dios siempre delante de nosotros, actuar como estando siempre bajo su mirada. Es preocuparse constantemente de agradar a Dios en todas las cosas y en nada ofenderle. Es ser seguidores de él como hijos amados. El Espíritu Santo dice que caminó Enoc con Dios en lugar de decir vivió Enoc (con Dios). Esta fue su preocupación y trabajo constante; mientras los demás vivían para sí mismos y el mundo, él vivió para Dios. Era el gozo de su vida. Enoc fue llevado a un mundo mejor.
Como él no vivió como el resto de la humanidad, él no salió del mundo por la muerte, como los demás. No fue hallado porque lo traspuso Dios. Él había vivido sólo 365 años que, según la edad de los hombres de aquel entonces, era solo la mitad de la vida de ellos. A menudo Dios se lleva más pronto a los que Él ama; el tiempo perdido en la tierra lo ganan en el cielo, inefable ventaja para ellos. Vea cómo se expresa la trasposición de Enoc: desapareció porque le llevó Dios.
Ya no estuvo más en este mundo; fue transformado, como lo serán todos los santos que estén vivos en la segunda venida de Cristo. Quienes empiezan a caminar con Dios cuando son jóvenes tienen la esperanza de caminar con Él larga, cómoda y servicialmente. La marcha constante en santidad del cristiano verdadero, por muchos años, hasta que Dios lo lleve, es la mejor recomendación para la religión a la que muchos se oponen y contra la cual muchos abusan. Caminar con Dios concuerda bien con las preocupaciones, consuelos y deberes de la vida.
Caminemos pues con Dios.
Hermano Fernandez, que lindo eh importante es este articulo. Gracias por Siempre traer algo de bendicion en los escritos que presenta. Dios le siga inspirando y cuidando hermano mio.
Que haya Bendicion,
Nelson B.