Cuando se ha vivido una vida victoriosa con Jesús, verse en la última milla no puede ser motivo de angustia, ni de desesperación. Porque aunque es cierto que el cansancio físico es cada día mayor, no es menos cierto que la satisfacción de haber empleado las fuerzas trabajando para Dios, y haber usado cada talento para ayudar en el crecimiento de Su obra, es motivo de un gozo indescriptible, pues puede decir con gratitud cada anciano: “No he vivido en vano”.
Haber vivido una vida victoriosa con Jesús ennoblece el rostro más arrugado, y dignifica el cabello más gris. Y aun el cuerpo más gastado es honroso y luce hasta majestuoso, porque encierra como en un cofre de incalculable valor, el alma de un cristiano, el espíritu inquebrantable de un siervo de Dios. Es como un valioso libro cuyas gastadas tapas guardan celosamente grandes y maravillosas narraciones de hazañas tremendas, de experiencias gloriosas, de tentaciones vencidas en el nombre de Jesús. También narra de dolores profundos soportados por la fe, de lágrimas amargas por duros sufrimientos y lágrimas de alegría por victorias muy santas.
Esta es la semana en que celebramos a la Ancianidad, por lo tanto, honremos nuestros ancianos, hablemos de sus virtudes, celebremos su ejemplo. Hagamos que se sientan como Cristo los siente, especiales y únicos, dignos de ser premiados. No olvidemos que siempre deben ser respetados, tratados con dulzura, sufridos con paciencia, pues un día, que hoy te parece lejano, tú serás un anciano. Y querrás que te mimen, que te honren, te admiren. Vive de tal manera tu vida que al llegar a esa milla final que es ser Anciano, volviendo tu mirada hacia atrás, puedas tal como ellos pueden decir felices: “ Gracias a Dios, no he vivido en vano”.
Que hermoso poder decir ya en nuestra última milla, no he vivido en vano, gracia Judita por esta perla de valor, y aprovecho nuevamente para decirle ¡Felicidades! a todos los ancianos de nuestra iglesia, y que esta semana haya sido de mucha bendición en sus vidas gastadas pero llenas de gloria.
Besos
Gracias tia Luly, por estos consejos tan valiosos para que tretemos a nuestros ancianos dándoles honra y haciendo que se sientan como lo que en realidad son, gente importante, especiales y únicos.
Dios te bendiga,
Besitos
Gracias por esta hermosa Perla Judita, siempre oro para que Dios me ayude a tratar a los ancianos com mucho amor y respeto, como ellos se merecen. Gracias nuevamente por traer a nuestra memoria estas cosas tan importantes. Te quiero.
Mi querida Judith aun que tarde pero por causa de Liccy tenia mis dedos agarrotados y no podía escribir pero ahora que me estoy recuperando te dejo mi pequeño comentario para felicitarte por tan linda refleccion y admiracion para nuestros queridos ancianitos que ellos si pueden decir que su vida no a sido en vano y Dios nos ayude a poder decir nosotros tambien que aun que nos falta BASTANTE pero que cuando lleguemos a esa edad si lo podamos decir, recibe un abrazo de quien te quiere y desea que pases un feliz sabado
TiaLuly, ese también es mi deseo. Gracias por escribir tan lindo. Que Dios te continúe usando 🙂
Love u.